México es el quinto país de América Latina -después de Uruguay, Chile, República Dominicana y Brasil- que arranca el despliegue del 5G, lo que le permite no solamente generar velocidad, latencia e inclusión, sino también una economía más productiva, aseguró Adolfo Cuevas Teja, comisionado presidente interino del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)

El funcionario aseguró que se requiere un plan integral entre México y las economías de la región para el desarrollo de esta red, pues tendrá efectos transversales sobre diferentes sectores al crear nuevos empleos, subempleos y mejorar el nivel de ingreso de los mexicanos.

Corresponde posicionar 5G como la punta de lanza que abra finalmente el camino al desarrollo para los países de América Latina, pues es un desarrollo que necesitamos y merecemos

dijo al participar en ell foro ‘5G Leaders Latam’ organizado por Digital, Policy & Law.

El comisionado del IFT, que terminará su encargo el próximo 28 de febrero, agregó que al órgano regulador le corresponde impulsar también el diálogo con otros ámbitos del poder público en México, a fin de concretar una estrategia nacional de desarrollo en torno al sector de telecomunicaciones como eje vital. 

En diciembre pasado, AT&T México anunció el despliegue de 5G durante los próximos tres años en las principales ciudades del país, mientras que Telcel alista su despliegue en el país.

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Los retos 

Para Cuevas, el reto que afronta México desde la visión de desarrollo nacional es una suerte de liderazgo que, por la transversalidad y el impacto 5G , involucra a otras tecnologías asociadas presentes en diversos sectores, que son necesarias para estructurar un plan completo.

De eso va el camino de la buena disciplina de la administración pública y de la política pública: generar planes y programas y llevarlos a cabo; y en este campo corresponde establecer un espacio del ecosistema 5G con todas las tecnologías asociadas

puntualizó. 

Para el comisionado saliente del IFT, el desafío también está en eliminar los problemas a nivel local relacionados con las trabas o despliegue de redes, la fragmentación de competencias que generan obstáculos a nivel local, o la exigencia de prebendas a algún operador para tender la red, cuando en su opinión debería de ser bienvenida.

Reguladores en AL inmunes, un futuro deseable

Un futuro deseable para los reguladores de América Latina es dotarlos de un conjunto de atributos que los inmunice de la tentación/necesidad de un líder inspirado que, desde arriba, les diga qué tienen que hacer, aseguró Cuevas Teja.

El funcionario enfatizó que al ser el IFT un órgano autónomo, ninguna autoridad de gobierno tiene facultades para incidir en las decisiones que tome, por lo que los operadores tienen que dirigirse a la autoridad reguladora para construir una regulación colaborativa que obtenga resultados. 

En ese sentido, Cuevas Teja sugirió que un escenario ideal para resolver las inquietudes sobre las funciones de un organismo autónomo es a través de un diálogo técnico con operadores y especialistas. 

“¿Por qué mejor eso no lo resolvemos con un diálogo técnico con operadores y especialistas, y lo definimos con la seriedad de la pericia técnica basada en datos, y no en aspiraciones remotas y ambiguas?” se cuestionó.

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