Analistas de JPMorgan Chase advirtieron que los daños ocasionados por las sanciones económicas a Rusia por la invasión en Ucrania podrían compararse con las consecuencias ocasionadas del default que tuvo dicho país en 1998.

En una nota dirigida a sus clientes, la empresa financiera estimó un desplome del producto interior bruto ruso 11%, “en línea con la caída de la crisis de la deuda de 1998″.

Advirtió que las sanciones impuestas al banco central, junto con el bloqueo al acceso al sistema de mensajería global Swift, han creado obstáculos para la capacidad de Rusia de vender petróleo y gas; lo que merma su economía.

Las importaciones y el PIB se desplomarán. Los ingresos por exportaciones de Rusia se verán interrumpidos, y las salidas de capital serán probablemente inmediatas a pesar de su gran superávit por cuenta corriente

se detalla en la nota.

JPMorgan calculó que la economía rusa se contraerá 7% este año, además de que prevé una caída de 10% en el primer trimestre del 2022 y un desplome de 35% para los próximos tres meses.

“Las sanciones harán mella en la economía rusa, que parece encaminada a una profunda recesión”, afirmaron los analistas.

JPMorgan estimó que las sanciones han congelado aproximadamente 630,000 millones de dólares de las reservas del banco central ruso, buscan infligir un daño importante a la economía rusa mientras se mantiene el flujo de exportaciones de petróleo y gas natural ruso.

También advierten que las tensiones entre Rusia y Ucrania pueden tener un efecto sustancial en otros precios de las materias primas como el trigo y, más importante, el paladio, que es esencial para producir semiconductores y donde el suministro ya ha estado constreñido los últimos dos años.

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Rublo reciente sanciones financieras internacionales

Las restricciones sin precedentes impuestas al Banco de Rusia han limitado su capacidad para defender el rublo, que ya ha perdido más de 30% frente al dólar este año.

Para frenar esta acción, las autoridades rusas subieron la tasa de interés clave hasta 20% y endurecieron los controles de capital.

“Las sanciones socavan los dos pilares que promueven la estabilidad: la ‘fortaleza’ de las reservas de divisas del banco central y el superávit por cuenta corriente de Rusia. La presión a la baja sobre el rublo y la fuga de capitales están empujando al banco central ruso a subir las tasas de forma drástica y a imponer controles de capital”, dijo JPMorgan. 

Los ingresos procedentes del petróleo y el gas suponen un salvavidas en divisas para Rusia, ya que la venta y el transporte de energía escaparon a las sanciones internacionales directas.  

A principios de año, Rusia registraba un superávit mensual por cuenta corriente de unos 20,000 millones de dólares.

El gobierno de Biden sigue oponiéndose a prohibir las importaciones de petróleo de Rusia, aunque sus objeciones están en desacuerdo con el clamor bipartidista de castigar a Moscú por la invasión de Ucrania.

Con información de EFE y Bloomberg

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