Por: Liz Cervantes y Ángel Alcántara

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en conferencia de prensa que la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) construirá en 2021 un nuevo aeropuerto, ahora en Tulum, lo cual podría representar un dolor de cabeza para Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), pues competiría con el aeropuerto de Cancún, la joya de la empresa de Fernando Chico Pardo.

La construcción del aeropuerto de Tulum es un golpe para Asur, pues su principal puerto aéreo por número de pasajeros es el de Cancún, que está a 131 kilómetros de distancia donde se proyecta la nueva obra.

De enero a septiembre de 2020, el Aeropuerto Internacional de Cancún movilizó a 8.5 millones de pasajeros, lo que representó el 74% del total de usuarios movilizados en sus nueve aeródromos que controla en el país.

Por cierto, los grupos aeroportuarios continúan su recuperación en septiembre

La segunda instalación que movió más personas en ese periodo fue la de Veracruz, con 499,441, o el 4.3%, de acuerdo a sus reportes mensuales de trabajadores.

Desde nuestra perspectiva, consideramos que la noticia resulta negativa para Asur, ya que el nuevo complejo de Tulum se ubica dentro de la región que atiende la emisora con el Aeropuerto de Cancún

de acuerdo a un análisis de Monex

No solo la joya de la corona del grupo se vería amenazada, también sus complejos de Cozumel y Mérida se verían afectada por su construcción debido a la cercanía.

En 2019, antes de la pandemia, el 73% del total de pasajeros que movió Asur se concentraron en su instalación de Cancún.

Ante la importancia del puerto aéreo, el grupo desembolsó este año cerca de 2,200 millones de pesos en la ampliación y el mejoramiento en la joya de su corona, con miras a incrementar su capacidad de viajeros en 25%. Ahora, con la competencia cerca de nuevo complejo en Tulum, se esperaría una reducción de pasajeros.

En el sureste el turismo se considera regional, es decir, los viajeros llegan a un destino particular pero hay un intenso intercambio con otros estados.

Cancún tiene conectividad internacional pero Mérida tiene una gran oferta cultural y gastronómica

dijo Michelle Fridman Hirsch Secretaria de Turismo de Yucatán en entrevista con EL CEO.

Sobre la iniciativa de este nuevo aeropuerto, la funcionaria señaló que es un “tema delicado”.

Precisó que el estado busca impulsar el aeropuerto Kaua cercano a la zona de Chichén-Itzá y que también es cercano a la zona de Tulum. Esa cercanía hará preciso estudiar las posibilidades del espacio aéreo.

Otro aeropuerto sin suerte

El aeropuerto de Tulum es un proyecto que se quedó en el tintero desde 2010 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la convocatoria para la licitación pública internacional del procedimiento No. SCT/DGAC/ARM/01/2010.

De acuerdo con el cuarto informe de labores de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de 2010, el proyecto fue inicialmente promovido por el estado de Quintana Roo en 2003, aunque después fue retomado por el gobierno federal.

En ese momento se contempló un esquema de inversión de recursos privados, con un monto estimado de 4,100 millones de pesos, incluyendo la construcción del complejo, los terrenos y el camino de acceso.

El Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) otorgó a la SCT un apoyo por 35 millones de pesos para la contratación de Banobras, como banco agente en el proceso de licitación y se esperaba que la duración de la obra fuera de 36 meses, es decir estaría listo en diciembre del 2013.

El proyecto, sin embargo, no llegó tan lejos. En 2011 presentaron propuestas técnicas tres consorcios. El primero era Grupo Méxicocon y Grupo Aeroportuario del Pacífico; Tradeco Infraestructura, con Corporación América y Señor Haig Gulesserian Damlamayan.

El tercero era Fernando Chico Pardo, fundador y presidente del consejo de administración de Asur, quien presentó su propuesta con Aeropuerto de Cancún y Servicios Aeroportuarios del Sureste.

Para ese momento la Comisión Federal de Competencia le advirtió a Asur sobre una posible concentración de servicios en la región.

En el informe de la SCT se incluye que el participante presentó ante la Cofece un recurso de reconsideración que hasta ese momento no estaba resuelto de manera definitiva. Posteriormente el procedimiento fue declarado desierto.