El precio del oro al contado sube 2.11% en la primera sesión de diciembre y cotiza en un precio de 1,814 dólares por onza. El oro viene de un mínimo de cinco meses y de su caída mensual más profunda desde 2016, sin embargo, el 2021 puede jugar a su favor del metal.

El metal dorado sufrió en noviembre su peor caída mensual en cuatro años, retrocediendo hasta los 1,764.29 dólares, su nivel más bajo desde el 2 de julio, ya que los inversionistas optaron por activos más riesgosos como las acciones.

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Vimos al oro retomar el nivel de 1,800 dólares y mucho de eso tiene que ver con la debilidad del dólar. Además, se ven más esfuerzos del Congreso estadounidense para respaldar a la economía

dijo Edward Moya, analista de mercado senior de OANDA.

El oro, considerado como una cobertura contra la inflación y la desvalorización de la moneda, ha escalado más de 19% en el año, ayudado por estímulos sin precedentes para respaldar a las economías golpeadas por el coronavirus.

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Es muy claro que los inversionistas internacionales están tomando mayor riesgo, situación que no beneficia al activo de refugio, además que, por el momento, no se observan choques inflacionarios. La depreciación del dólar se debe a mayor apetito por riesgo lo que provoca que la correlación entre dólar y oro suba

dijo Black WallStreet Capital en un reporte.

Inflación, el nuevo juego

Goldman Sachs espera que el oro salga de su estrecho rango de negociación y avance el próximo año a medida que la recesión agudizada por la pandemia de COVID-19 dé paso a una mayor inflación.

El metal dorado ronda los 1,900 dólares por onza después de que su repunte de verano a máximos históricos se apagó en agosto. La incertidumbre de las elecciones estadounidenses alimentó un breve repunte, pero la nueva esperanza de una vacuna contra  COVID-19 empujó a los inversores a salir de refugios seguros y a invertir en activos más riesgosos.

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A corto plazo, el oro no tiene un catalizador claro para subir o bajar los precios, dijeron los analistas Mikhail Sprogis y Jeffrey Currie.

Sin embargo, el metal precioso está a punto de estallar en 2021 a medida que las preocupaciones sobre la inflación ocupen un lugar central, agregaron. Goldman tiene un precio objetivo de 2,300 dólares por onza para el oro, lo que implica un repunte de 22% desde los niveles actuales durante los próximos 12 meses. Tal rebote también colocaría a los lingotes en un máximo histórico.

Tasas de corto plazo, a seguir

Los precios del oro suelen caer cuando suben las tasas de interés, pero la recesión de 2008 mostró que el mercado se centra más en las tasas a corto plazo. Incluso cuando las tasas a largo plazo subieron, el oro subió a raíz de la crisis financiera, ya que las preocupaciones sobre la inflación impulsada por las políticas elevaron la demanda.

El metal seguirá el mismo camino el próximo año, dijeron los analistas de Goldman. La Reserva Federal ha indicado que permitirá que la inflación rompa el objetivo de 2% después de un período prolongado de crecimiento débil de los precios. El equipo de economía de Goldman prevé que la inflación aumentará a 3% antes de debilitarse hasta fin de año.

Goldman también espera que la demanda de oro se fortalezca en los mercados emergentes. La demanda de oro de China e India ya muestra signos de normalización, y la probabilidad de que una administración de Joe Biden adopte una postura más suave sobre la política comercial debería respaldar aún más el repunte.

Con información de Reuters