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La agenda de la más reciente comida entre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el empresario Carlos Slim Helú fue amplia porque platicaron sobre muchos temas de coyuntura, pero hubo algunos puntos sobresalientes de los ‘encargos’ que el primer mandatario puso sobre la mesa a su asesor. 

Y nos cuentan que uno de los primeros temas fue que sí es posible bajar el costo del financiamiento de la endeuda Pemex, pero sólo internamente, con una nueva versión de los petrobonos que se emitieron entre 1971 y hasta 1982, cuando cambios en los controles cambiarios hicieron inviable del bono, y el nuevo instrumento también estaría respaldado por una cantidad proporcional de barriles de petróleo, pero con ajustes a su operación y rendimiento, para poder ofrecerlos, aunque esto requerirá diversos cambios dentro y fuera de Pemex.

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No es la primera vez que se buscan formas de allegar recursos a Pemex sin seguir comprometiendo las finanzas públicas, ya en el sexenio de Felipe Calderón se intentó promover los llamados Bonos Ciudadanos para financiar a la empresa del Estado, pero la propuesta no prosperó porque eran prácticamente obligatorias modificaciones al interior de la petrolera, como un régimen fiscal que garantice la operación rentable de la empresa que permita pagar dividendos; una autonomía financiera y administrativa real; y controles internos y de gobierno corporativo para cuidar los interés de los potenciales inversionistas privados.

Al inicio del actual sexenio también se habló de la posibilidad de realizar una oferta de acciones de Pemex, lo que no fue posible por el elevado nivel de pérdidas de la compañía, y ante las crecientes presiones del pago de su deuda, urgen mecanismos de apoyo financiero y al parecer ya existen las bases de una alternativa.

Otro de los temas de la reunión fue que Carlos Slim Helú analiza detenidamente participar en la subasta de los polos de desarrollo del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, para el desarrollo de un parque industrial propio o participar en proyectos de terceros.

 

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Sin limpieza

En el ISSSTE de la CDMX poco importa el Contrato Marco para la Prestación Integral de Limpieza, que dicta los lineamientos, características y obligaciones que deben cumplir las empresas que busquen inscribirse como ‘posibles proveedoras’, y es que además de evadir el apego a dicho documento, saltan a la vista interrogantes que tienen que ver con la presencia de limitantes a su participación. 

En la segunda parte de la Junta de Aclaraciones se aprecian peticiones que bien podrían ser tildadas como excesivas. Ejemplo de ello, la celebración de un acuerdo público no mayor a dos años con 3,000 operarios; o bien, la solicitud para contar con los estándares EC0391.1 y EC0397.1, entregados por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales. 

Al considerar el tortuoso terreno, en el sector sigue en tela de juicio el origen de los requisitos ratificados por el jefe de Servicios, Alfredo de la Vega López, aunque las dudas sobre la rectitud con que se conduce el proceso apuntan desde algunas trincheras al propio director del Instituto, Pedro Zenteno. 

Del análisis tampoco escapa que en el pasado han sido elegidas exponentes como Grupo Relissa Servicios Corporativos y Aseo Privado Institucional, enlazadas en el rubro a José Juan Reyes Domínguez, por lo que se proyecta que el traje a la medida entallará a estas razones sociales o a otras supuestamente parte del grupo, entre ellas Servicios Integrales Retimar, Cleanium Servicios y Limpieza Jored. 

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