Las subastas de largo plazo del sector eléctrico que decidió eliminar el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no prevenían los apagones que ocurrieron esta semana, pues la entrada en vigor de los proyectos hubiera ocurrido en meses próximos. Sin embargo, se trata de una herramienta que daba fortaleza y redundancia al sistema eléctrico para prevenir eventos futuros.

“Cualquier sistema eléctrico se beneficia de una matriz verdaderamente diversificada. Lo que nos daban las subastas es la posibilidad de pedir energía con los requisitos que la matriz necesitara”, señaló Elie Villeda, analista del sector eléctrico.

La cuarta subasta fue hubiera dado la posibilidad de no estar atado completamente al suministro de gas de Estados Unidos.

Esta podía solicitar energía eólica y solar para las regiones del norte que vieron afectado su suministro el lunes, lo que hubiera ayudado a diversificar la matriz y fortalecer las áreas de debilidad que el sistema ha mostrado en los últimos meses.

“En Texas, las turbinas eólicas están brindando 5,000 MW que permitieron que se mantuviera el sistema. No dependen de ellas, pero sí le ayuda al sistema a sobrevivir y suministrar a sus clientes. Ya estamos en un tema de supervivencia, y si no prevemos hacia el futuro no se va a poder garantizar esta seguridad energética, porque la CFE en sus planes de negocio está instalando sólo centrales de gas”, destacó.

Villeda advirtió que la reserva de gas mexicana es de menos de dos días, e invitó a las autoridades a considerar esto antes de basar la estrategia energética nacional en centrales de gas y ciclos combinados, cerrando las puertas a la generación renovable.

“A veces olvidamos que las subastas eléctricas no son una herramienta monolítica para comprar energía renovable a 20 años”, lamentó Paul Sánchez, analista del sector.

“Las subastas eléctricas son un sistema muy versátil y dinámico que podría incluir otras tecnologías e incluso plantas que ya están instaladas. Si hubieran continuado las subastas sí tendríamos más capacidad en la matriz, que es algo que no le gusta a la secretaría y que lo ha señalado como ‘exceso de permisos’”.

Recordó que el apagón inicial del día lunes no se dio debido a la falta de gas en el SISTRANGAS, sino a la falta de gas en las compras de CFE.

Esto quiere decir que, en estricta teoría, las centrales privadas que hubieran entrado a la matriz energética mediante subastas de mediano plazo habrían tenido menos problemas para satisfacer la demanda energética que se les exige.

“En las subastas de largo plazo se trata de prever que haya apagones en el futuro debido a la falta de energía. En el mediano plazo sí puede caber la intención de generar redundancia y competir con centrales eficientes que pueden tener contratos de gas natural más seguros a largo plazo”, señaló Sánchez.

Finalmente, el experto se unió a la solicitud de que el gobierno haga un nuevo planteamiento sobre qué es lo que contribuye y qué es lo que garantiza la seguridad energética del país.

“La CRE, el Cenace y la Sener, en el ámbito de sus respectivas competencias pueden determinar el modelo de subasta que mejor les funcione. Si lo que necesitan más que energía es potencia pueden establecerlo así. En términos de energía muy pocas pueden competir con eólica y solar, pero hay forma de establecer condiciones para también tener la potencia requerida en horas críticas”, expuso.