El vicepresidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Richard Clarida, expresó a través de un comunicado que la política monetaria del banco central podría normalizarse hasta el 2023, ya que, de acuerdo con el funcionario, las condiciones expuestas por la Fed en septiembre del 2020 (recuperación de la tasa de empleo y un registro de inflación mayor pero cercano a 2%) para modificar la política de la entidad monetaria no se han cumplido.

 Creo que las condiciones necesarias para elevar el rango objetivo de la tasa se habrán cumplido para fines del 2022

afirmó Clarida .

Agregó que las medidas tomadas por la Reserva Federal para contener los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19 fueron de suma importancia, pues la economía estadounidense ahora se encuentra en un periodo de expansión. Asimismo, el vicepresidente de la Fed reiteró que las políticas monetarias y fiscales actualmente vigentes deberían continuar respaldando la fuerte expansión de la actividad económica.

No obstante, el funcionario señaló que a pesar de que la economía se encuentra en dicho periodo, el empleo aún permanece en una fase de recuperación, la cual puede verse afectada por la propagación de la variante Delta del COVID-19.

Por su parte, el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló hace unos días durante su comparecencia ante el Senado que, pese a los altos niveles de inflación registrados en EU, aún no es momento de retirar los estímulos monetarios. Agregó que la aceleración en los precios al consumidor son transitorios; sin embargo, comentó que la Fed actuará de ser necesario.

Estimaciones para el 2021

De acuerdo con el Resumen de Proyecciones Económicas (SEP, por sus siglas en inglés) publicado por la Reserva Federal en junio de este año, la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) para el 2021 es de 7%; por su parte, la tasa de empleo caería a 4.5% (desde 5.9% actual), mientras que la inflación PCE subyacente cerraría en 3%.

De igual forma, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó una expansión del PIB estadounidense de 7%.