Telefónica México celebrará en octubre próximo su cumpleaños número 19, con un nuevo CEO al frente de la operación y varias incógnitas a cuestas sobre su futuro, mientras sigue sorteando la competencia con Telcel y AT&T, así como la debilidad de sus resultados financieros.

Telefónica en el mundo:

A finales de agosto, el operador de telefonía móvil de origen español anunciaba la salida de Carlos Morales Paulín como CEO de Telefónica México, tras poco más de cinco años en el cargo y casi 17 en la compañía, para darle la bienvenida al colombiano Camilo Aya Caro.

A un mes de la llegada del nuevo director de Telefónica México, aún es incierta la estrategia para que ejecutará para acelerar la consolidación de la empresa como un operador “con mayor vocación atacante en el retador mercado de comunicaciones mexicano”, de acuerdo con la compañía.

Fue en octubre del año 2000 cuando Telefónica entró a México a través de un acuerdo de su filial de Móviles para adquirir cuatro compañías operadoras de telefonía celular participadas por Motorola que prestaban servicios en el norte del país: Bajacel, Movitel, Norcel y Cedetel.

En todos estos años de operación en México, Telefónica se ha enfrentado a diferentes escenarios a nivel comercial, regulatorio y de competencia, aunque la entrada en vigor de la Reforma de Telecomunicaciones y Radiodifusión, la llegada de AT&T, un nuevo regulador y condiciones de competencia distintas marcaron un antes y un después para la compañía.

En el segundo trimestre del año, Telefónica México alcanzó una participación de mercado de 20.4% en líneas móviles, apenas cinco puntos porcentuales por encima de AT&T, además de un ingreso promedio por usuario (ARPU) de 52 pesos mensuales –el más bajo del segmento–, y solo el 9.3% de los ingresos de telefonía móvil del periodo, según datos de The Competitive Intelligence Unit (CIU).

Venta, rumor latente

La posible salida de Telefónica del mercado mexicano es un rumor que ha sonado con fuerza en los últimos años, una sospecha que, de acuerdo con analistas del sector, podría convertirse en una realidad, pues el cambio de estafeta sería un indicador de que los planes del operador es ser más atractivo para encontrar un comprador.

La creencia generalizada es que Telefónica ya se habría desprendido de la filial de México si hubiera un comprador interesado, algo que le está costando mucho trabajo, pues quienes podrían hacerlo están impedidos a nivel regulatorio, comentó a EL CEO Gustavo Fontanals, investigador en políticas de telecomunicaciones en la Universidad de Buenos Aires.

El cambio de directivo tiene que ver con reorganizar la situación en México de cara a un futuro inmediato, evaluar cuál va a ser el camino a seguir o si se va a realizar la venta

dijo el analista. 

La especulación en torno a Telefónica México también contempla si migrará a un nuevo modelo de negocio o cambiará a un esquema menos intensivo en tenencia de infraestructura, a la espera de nuevos anuncios tras la llegada de Aya Caro, considerando las señales de la matriz en España de su enfoque a mercados prioritarios.

De hecho, la posibilidad de que Telefónica se ponga en venta se mantiene latente, aunque su valor radica en cuatro aspectos principales: su infraestructura, su espectro, los clientes y su marca, aunque en caso de venderse, el cambio de marca sería esencial, dijo por su parte Ernesto Piedras, director general de The CIU.

Claramente, México no es uno de ellos, pero tampoco es una salida fácil: como cualquier negocio no puede ‘bajar el switch’ y salir, hay fuertes compromisos por cumplir a sus clientes

comentó el economista a El CEO. 

La estrategia global

Desde hace dos años, Telefónica anunció la división de sus negocios por zonas, con contabilidad aparte y estrategias específicas, lo que después dio paso a la venta algunos de sus negocios en Centroamérica. Esto, con el objetivo de deshacerse de activos no estratégicos para sanear la alta deuda que ha acumulado en los últimos años.

América Móvil levantó la mano para comprar Guatemala y El Salvador, aunque en éste último la autoridad reguladora de aquel país rechazó la transacción, al no cumplir los requisitos de transacción económica.

La estrategia global, de acuerdo con los analistas, también consideraría el análisis de lo que podrían hacer con la infraestructura de torres y sitios a nivel global, a la espera de los anuncios que se hagan en México, con un CEO cuyo común denominador con México es que proviene de un mercado en donde el mayor competidor es el mismo: Carlos Slim.