Miembros de la Fiscalía de Tokio volvieron a detener la mañana del jueves a Carlos Ghosn en su domicilio en la capital japonesa por nuevas sospechas de malversación financiera, anunciaron medios nipones.

El expresidente de Renault-Nissan denunció un “arresto indignante y arbitrario”, en un comunicado enviado a la AFP.

“¿Por qué venir a detenerme si no obstaculizaba para nada el proceso en curso, si no es para quebrantarme? Soy inocente de todas las acusaciones infundadas hechas en mi contra y de todos los hechos que se me reprochan”, sostuvo.

Este cuarto arresto, “extremadamente raro” según la cadena de televisión pública NHK, se produce apenas un mes después de que Carlos fuera liberado bajo fianza tras más de 100 días en prisión, y un día después de que anunciara en Twitter una rueda de prensa el 11 de abril.

La cadena NHK, el sitio web del diario Nikkei y otras televisiones ofrecieron la información casi en el mismo momento.

Ante la entrada del inmueble en el que reside Ghosn se instaló una cortina gris, según imágenes de NHK.

Los investigadores llegaron al lugar y más tarde un automóvil abandonó el lugar, según el directo emitido por la cadena Nippon TV. Según el periodista de esta televisión privada, Ghosn se encontraba a bordo del vehículo.

Poco después, un periodista de la AFP en el lugar vio a tres hombres en traje oscuro haciendo guardia ante la salida del apartamiento del inmueble, y un policía patrullando.

No obstante, las autoridades no proporcionaron confirmación alguna.

Ghosn quedó en libertad bajo fianza el 6 de marzo, acusado de tres cargos por declaraciones inexactas de ingresos entre 2010 y 2018 en documentos que Nissan entregó a autoridades financiera y por abuso de confianza.

Ahora es sospechoso de haber empleado la reserva del presidente ejecutivo de Nissan para realizar transferencias de dinero a un distribuidor de vehículos de Nissan en Omán.

Según una fuente cercana al caso, parte de este dinero se habría usado para comprar un barco de lujo para Ghosn y su familia.