Los contagios de COVID-19 se dispararon desde un día antes de la Navidad en Europa, con récords en varios países, ligados a la variante ómicron que llevó a Ecuador a decretar la vacunación obligatoria y a Italia o España a recuperar el uso de mascarilla en exteriores.

Ecuador, con 69% de sus 17.7 millones de habitantes vacunados con dos dosis, estableció esta obligación para la población a partir de los cinco años de edad debido a la variante ómicron.

La llegada y rápida propagación de ómicron, que ya es predominante en varios países de Europa, ha provocado una cascada de medidas que con la vacunación contra COVID-19, parecían haber quedado atrás.

Italia, España y Grecia decretaron el restablecimiento del uso obligatorio de la mascarilla en exteriores. 

Continúa leyendo: Se amarga Navidad en EU; cancelan vuelos por avance de ómicron

La región española de Cataluña fue más allá e instauró un toque de queda nocturno para gran parte de su población tras recibir luz verde judicial este jueves.

En Grecia, además de la mascarilla obligatoria, todas las festividades públicas de Navidad y fin de año fueron canceladas.

Restricciones por COVID-19 más severas

Escocia, Gales e Irlanda del Norte anunciaron restricciones severas, pero en Inglaterra, el primer ministro Boris Johnson contemporiza mientras urge a los británicos a vacunarse.

Frente a esta avalancha de casos y restricciones, aparecen algunos elementos esperanzadores por la supuesta menor gravedad de la enfermedad desencadenada por ómicron apuntada por estudios en Sudáfrica, Escocia e Inglaterra. 

Según la agencia sanitaria británica, los infectados con ómicron tienen entre un 50-70% menos de probabilidades de terminar hospitalizados.

Aun así, los científicos piden cautela. Aunque la infección sea menos virulenta, al propagarse más rápido puede llegar a más gente con lo que, en términos absolutos, el número de hospitalizados y fallecidos puede alcanzar cifras elevadas.

En Latinoamérica, Chile empezará en febrero la administración de la cuarta dosis de vacunas, mientras que en Perú, que prohibió reuniones familiares durante las fiestas, el gobierno descartó cerrar actividades económicas pese al aumento de casos.