Las crisis a nivel geopolítico, energético e inflacionario  a nivel global han generado un fuerte impacto en la zona euro, lo que ha provocado que la región se encamine hacia una recesión invernal

Durante octubre, la actividad empresarial de la zona euro se contrajo a un ritmo más acelerado desde lo registrado en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. 

El Índice de Gestores de Compra (PMI, por sus siglas en inglés), compuesto final de S&P Global para la zona euro, visto como una buena guía para la salud económica, registró una caída a 47.3 en octubre desde el 48.1 de septiembre.

Los PMI finales de la zona euro para octubre pintan una imagen clara de una caída de la actividad y una inflación altísima

dijo Jack Allen-Reynolds de Capital Economics. 

Agregó que aunque aún no se llega a la contracción de 0.5% intertrimestral que se tiene prevista para el cuarto trimestre, “los nuevos pedidos y los futuros PMI de producción sugieren que lo peor está por venir”. 

En una encuesta realizada por Reuters a un grupo de 46 especialistas, 22 esperan que la recesión de la zona euro será corta y superficial; mientras que 15 dijeron que sería larga y superficial; 8 dijeron que sería larga y profunda; y uno que sería larga y profunda.

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Potencias europeas caen

La economía alemana, una de las que mayor fortaleza suele mostrar, vio en septiembre como sus pedidos industriales descendieron más de lo esperado debido a que la demanda extranjera se hundió. 

En Francia, la segunda economía más grande del bloque, la producción industrial disminuyó en el noveno mes, aunque su PMI indicó que el crecimiento del sector de servicios se desaceleró menos de lo previsto durante octubre. 

Por su parte, la actividad del sector servicios en España se contrajo por segundo mes consecutivo en octubre, causado principalmente por la alta inflación.

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Inflación por encima del objetivo 

La inflación de las 19 naciones que utilizan el euro como moneda se ubicó en 10.7% durante octubre, superior a lo esperado y más de cinco veces el objetivo del Banco Central Europeo (BCE).

Con el objetivo de contrarrestar esta inflación, el organismo europeo continúa con la subida de la tasa de interés, lo que aumentará la carga a la cual se enfrentan los consumidores endeudados. 

Europa parece preparada para un doloroso invierno de actividad débil y fuerte inflación

comentó Allen-Reynolds.

El BCE fue el último entre sus pares en comenzar a subir las tasas en este ciclo, esperando hasta julio. Al cierre del año se pronostica que las tasas de depósito y refinanciamiento se ubiquen en 2.00% y 2.50% respectivamente. 

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Con información de Reuters