La movilidad social, que no es más que un termómetro sobre la igualdad de oportunidades que las personas tienen en una sociedad, es esencial para que un país sea productivo y genere crecimiento económico.

Si bien uno de los grandes problemas estructurales de México es la pobreza y la desigualdad, este escenario se agrava cuando además de dimensionarlos, se desmenuza su composición dentro de la escalera social.

En el marco de la Convención Nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Roberto Vélez Grajales, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), señaló que cuando se habla de movilidad social, la pregunta clave es si el destino de las personas está determinado por sus condiciones de origen.

En ese sentido, el especialista aseguró que hay circunstancias de origen sobre las cuales las personas no tienen control y no se les puede imputar una responsabilidad por ello.

En la medida en que los logros de las personas en la vida dependan más de circunstancias -sobre las cuales no tienen control- y menos de su esfuerzo, entonces nos encontramos en una situación donde la desigualdad de resultados está predominantemente determinada por la desigualdad

dijo durante su participación en el panel sobre desigualdad ‘Entender la desigualdad y la pobreza en México y en el mundo’

Una de las razones para promover la movilidad social es el crecimiento económico, lo que está directamente relacionado con la mala o buena asignación de los recursos, lo que a su vez tiene que ver con el talento potencial de las personas y cómo se distribuye a lo largo de la escalera social.

Aceptar que el talento de las personas está distribuido de manera aleatoria significa que no importa en qué lugar de la escalera se nació, pues no significa que por eso una persona tenga mayor o menor talento que otra.

Sin embargo, apunta Vélez Grajales, el problema radica en que, cuando hay desigualdades de oportunidad, no hay posibilidad de desarrollar el talento de las personas que se encuentran en la parte baja de la distribución, con lo cual se desaprovechan recursos humanos.

Al no aprovechar los recursos, naturalmente eso impacta directamente en la economía, en la productividad y en el crecimiento económico

Por eso, asegura el director ejecutivo del CEEY, se debe promover la igualdad de oportunidades, lo que a su vez derivará en una mayor movilidad social.

Para Vélez, la importancia de promover la movilidad social radica en la justicia social, pues al final de cuentas lo que es espera es que el esfuerzo que se realiza en la vida corresponda con el beneficio que se recibe, lo cual generará una percepción de justicia.

Al haber movilidad social, es decir, que haya igualdad de oportunidades, también se espera que haya una mayor cohesión social, es decir, con lo esperado, dado cómo está distribuido el talento de las personas, independientemente de la escalera social en la que se nace.

El especialista del CEEY considera que lo anterior redunda en que un logro de vida sea más uniforme, que la sociedad esté más conectada y que sea más fácil construir proyectos a futuro en donde participa toda la sociedad.