Las caídas de los sectores manufacturero y minero estancaron la producción industrial del país durante noviembre pasado.

La vulnerabilidad de las cadenas productivas, las presiones inflacionarias, el endurecimiento monetario y una menor producción petrolera fueron los principales factores que debilitaron a la actividad industrial.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la producción industrial de México apenas creció 0.02% en el penúltimo mes del 2022, respecto a octubre pasado.

ACTIVIDAD INDUSTRIAL

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Este incremento mensual fue menor al aumento de 0.39% en el mes previo, trazando una tendencia de desaceleración, aunque en términos generales, la industria mexicana se estancó.

A su interior, se contrajeron minería (0.45%) y manufactura (0.49%); los sectores con ascensos en su nivel productivo fueron construcción (0.69%) y generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (0.69%).

Motor apagado en la industria nacional

El sector más importante de la industria nacional, así como de toda la economía mexicana, es la manufactura. La disminución de 0.49% significó su peor resultado en los últimos 14 meses.

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Para Banorte, esta baja en manufactura es reflejo de la vulnerabilidad de las cadenas productivas, con algunos sectores, como autos, aún afectados por la escasez de insumos; presiones inflacionarias acumuladas, y el apretamiento monetario que ha llevado a un escenario más deprimido.

Detalla que 12 de las 21 categorías cayeron en la comparación mensual, destacando la industria química (4.1%), alimentos (1.4%) y equipo eléctrico (1.1%).

Minería, con resultados mixtos

En tanto, la minería se contrajo 0.45% en noviembre pasado, cuyos resultados fueron mixtos: extracción de petróleo y gas descendió 0.54% y la minería no petrolera creció 0.66%.

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En el primer caso, el desplome va en línea con la producción del petróleo CNH, que se contrajo durante el periodo de análisis.

Mientras el componente no petrolero fue más dinámico por el aumento en los precios internacionales de algunos metales como plata, cobre y oro.

El lado positivo de la industria

Del lado positivo, la construcción, un sector castigado en los últimos meses, avanzó 0.69% en noviembre, consiguiendo tres meses consecutivos con crecimientos.

Sin embargo, Banorte se mantiene cauteloso sobre la tendencia que tomará esta industria, considerando que aún hay precios altos en algunos insumos y la confianza empresarial se ha debilitado (con 10 meses de bajas hasta diciembre).

Añade que la fortaleza se centró en la ingeniería civil (4.4%), apoyada por el desarrollo de infraestructura clave del gobierno federal.

Producción resentirá desaceleración en demanda

Ve por Más (Bx+) revela que en el corto plazo, la dilución de obstrucciones en cadenas globales de valor, más con el reciente relajamiento de medidas Covid en China, seguirá apoyado el panorama para la producción industrial, pero las tensiones geopolíticas todavía son un riesgo.

Aunque la reapertura en China y la resiliencia inicial del gasto en Estados Unidos pueden ofrecer algo de estabilidad a la demanda global, seguimos anticipando que ésta se debilite, en función de la erosión del poder adquisitivo, el apretamiento monetario y la menor confianza económica

expone el grupo financiero.

Agrega que el efecto de la inflación, el alza en tasas de interés y la incertidumbre también impactarán a la demanda interna. Así, la desaceleración en exportaciones, consumo privado e inversión implicaría un menor crecimiento en la producción industrial durante el 2023.

Por otro lado, Bx+ señala que en el mediano plazo, México se beneficiaría del proceso de relocalización de proveedores de la industria norteamericana, que actualmente se encuentran en regiones remotas, ante la necesidad de cadenas de suministro resilientes y para cumplir con las normas del T-MEC.