Los estímulos fiscales que el gobierno otorgará a quienes inviertan en los polos de desarrollo en el Istmo requieren complementarse con política industrial y reglas detalladas para cumplir con el objetivo de detonar el desarrollo económico y social de la región.

El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha mencionado que estos incentivos se justifican cuando es una zona nueva donde todavía no hay empresas y existe un periodo antes de que logren capturar el beneficio de la inversión.

Si bien esta medida puede generar clústeres de inversión en una zona que no ha sido tan favorecida como otras con inversión extranjera y doméstica, el desafío es cómo conectarla con el territorio en aspectos como el empleo y el enlace con proveedores locales, comentó Carlos Brown Solà, gerente de justicia fiscal en Oxfam México.

 La legislación secundaria va a ser clave. Sí, el decreto de incentivos es importante (…) pero si no viene con acciones de política industrial, esos incentivos puedes darlos o no darlos y las empresas van a llegar porque lo que buscan es infraestructura y mano de obra barata

 comentó en entrevista.

Desde la iniciativa privada, el sector automotriz también está a la espera de conocer los detalles en las reglas de aplicación porque considera que hay más factores a considerar para instalarse en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT). 

“Es un buen primer paso (la publicación de incentivos), pero hay que estar conscientes de las necesidades adicionales que tendría cualquier industria: infraestructura, capital humano, suficiencia energética, de fuentes renovables y seguridad”, dijo Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en una conferencia de prensa la semana pasada.

El sector automotriz es una de las 11 vocaciones industriales que serán sujetas a incentivos si participan en los polos, junto a eléctrica-electrónica, semiconductores, dispositivos médicos, farmacéutica, agroindustria, equipo de generación y distribución de energía eléctrica, maquinaria y equipo, tecnologías de la información y comunicación, metales y petroquímica.

Los beneficios contemplan la exención del ISR por tres años y un descuento de 50% en los siguientes tres años que puede llegar hasta 90%, depreciación acelerada de inversiones y exención de IVA en operaciones internas y entre polos.

 

Empleos de calidad

En el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de Hacienda indicó que para mantener los beneficios fiscales, quienes los reciban deben presentar avances del proyecto de inversión y cumplir con los “niveles mínimos de empleo”.

Los niveles los determinará la dependencia conforme a lo previsto en el proyecto y la actividad económica que desarrollen, pero no detalló las condiciones que deberán tener dichos empleos.

Brown apuntó que la calidad de los empleos será más importante que la cantidad que se genere para incidir en la calidad de vida de la población en Oaxaca y Veracruz, donde el porcentaje de población en situación de pobreza es del 61.7% y 58.6%, respectivamente, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

 Pueden generarse 10,000 empleos, pero sí son con salarios mínimos, por mucho que éste se recupere, ganar el salario mínimo en México aún es estar en pobreza

expuso.

Recuerdo de las ZEE

Los estímulos que ofrece el actual gobierno recuerdan a los incentivos que en el sexenio pasado se ofrecieron para las llamadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), un proyecto que contemplaba siete puntos en ocho estados: Michoacán, Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Campeche y Tabasco.

El objetivo también era detonar inversiones para que las zonas con mayor rezago y pobreza accedieran a las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento que el resto del país.

Para ello, se planteó la exención del ISR por una década y llevarlo a 50% los siguientes 10, un descuento de 50% en pago de cuotas de seguridad social y otros incentivos a nivel local.

Sin embargo, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la Presidencia se determinó el fin de las ZEE, las cuales, dijo, “nunca hicieron nada por ayudar, hicieron negocios, compraron terrenos y derrocharon recursos”. 

La actual administración tenía sus propias obras para impulsar la zona, como el Tren Maya, el CIIT o la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco.

El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, rechazó que las medidas recientemente anunciadas se parezcan a las del pasado y aseguró que su enfoque es más completo y aborda los desafíos desde múltiples ángulos.

“Los polos se utilizan para sembrar la semilla de la actividad económica, a diferencia de la estrategia ‘escopeta’ de las administración anterior que dispersaba zonas económicas especiales sin un anclaje en infraestructura”, escribió en una columna publicada en el diario El País.

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