El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) declaró que se reunió con empresarios ferroviarios para ver el tema del tren México-Querétaro, donde propuso a la empresa Canadian Pacific Kansas City (CPKC) el desarrollo de dicho proyecto.
Desde Palacio Nacional, López Obrador comentó que la construcción del ferrocarril reduciría la saturación de la autopista que conecta a Querétaro con la capital del país, dado el crecimiento industrial que se presenta en el Bajío.
Van a analizar la propuesta que les hicimos. Queremos que se tenga un tren de pasajeros a Querétaro porque está saturada la carretera; ya no es recomendable seguir ampliando, lo que hay que buscar es una vía alterna y puede ser en ferrocarril
dijo AMLO en su conferencia de prensa habitual.
#ConferenciaPresidente | Jueves 4 de mayo de 2023 https://t.co/4CbTIFArMI
— Gobierno de México (@GobiernoMX) May 4, 2023
AMLO recordó que la ferroviaria Canadian Pacific se fusionó con la empresa estadounidense Kansas City Southern, por lo que ahora manejan más de 30,000 kilómetros, de Veracruz hasta Tamaulipas y de ahí hasta Chicago y Nueva York.
En tanto, el mandatario expuso que la canadiende se mostró muy interesada en la integración y que seguirán en contacto con el secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jorge Nuño Lara.
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Canadian Pacific expande su presencia en América del Norte
Canadian Pacific Railway recibió a mediados de marzo la aprobación de la Junta de Transporte Terrestre de Estados Unidos (STB, por su sigla en inglés) para adquirir a la compañía ferroviaria Kansas City Southern.
La transacción, por un monto de 27,000 millones de dólares, convierte a la canadiense en el único operador ferroviario que atiende a Canadá, Estados Unidos y México.
De acuerdo con la STB, única autoridad que puede aprobar acuerdos ferroviarios, la unión es consistente con el interés público y las operaciones combinadas tendrán “pocas o ninguna redundancia de vías o rutas superpuestas”.
Además, la aprobación cuenta con algunas condiciones entre las cuales destacan la obligación de mantener abierta las puertas de entrada a otros ferrocarriles, proporcionar un mecanismo de resolución de disputas para abordar las interrupciones de pasajeros en Chicago y un compromiso de supervisión de siete años para abordar cualquier problema que surja de la adquisición.
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Con información de Bloomberg
