Mientras el conglomerado ALFA se encamina a una potencial escisión de ALPEK, la compañía también trabaja en mejorar los números de la petroquímica, implementando diversas estrategias para lograr la mejor separación posible y mitigar los impactos.

De cara al futuro la empresa presidida por Armando Garza Sada espera mitigar el impacto financiero no monetario mediante la transición de su moneda funcional en Argentina a dólares estadounidenses de su filial.

Además, Alpek ha tomado medidas proactivas para lograr más de 75 millones de dólares en ahorros anuales, mientras navega por los desafíos actuales del mercado; como el cierre de 2 instalaciones en Estados Unidos y México en 2023, las que espera representen más de la mitad de su objetivo de ahorro.

También, están implementando otras iniciativas para capturar eficiencias en las funciones administrativas y las instalaciones de producción para alcanzar beneficios en 2024 y 2025; además de enforcarse en los esfuerzos de maximización de efectivo, ya que prioriza el fortalecimiento de su balance mediante la reducción de la deuda.

Ahorros de ALPEK

De hecho, el año pasado Alpek también racionalizó el CapEx en un 38% frente a la guía inicial a través de acciones proactivas, como la pausa en la construcción del proyecto Corpus Christi; además logró una reducción de la deuda neta del 7% interanual en 2023.

Por lo que ALFA prevé que la separación de su petroquímica seguirá el mismo proceso que ejecutaron para sus otros negocios  Nemak y Axtel, ya que todos sus esfuerzos están alineados para cumplir con las condiciones necesarias lo antes posible.

La empresa considera que Alpek experimentó un cambio importante en el entorno competitivo tras condiciones favorables que contribuyeron a cifras récord en los 2 años anteriores, lo que le permite mantener una posición sólida como entidad independiente.

Asimismo, el conglomerado considera que la separación no tendría prácticamente ningún impacto financiero u operativo en el negocio petroquímico, ya que está lista para continuar creciendo de forma autónoma.

Con esto, la fase final del plan del conglomerado implica la separación de su negocio de petroquímica, dejando a Sigma como el único negocio bajo la marca ALFA.

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