Pasaba su vida recorriendo el mundo, acudiendo a consejos de administración y visitando fábricas. Ahora Carlos Ghosn duerme en una pequeña celda y tiene derecho a dos duchas semanales, un sombrío día a día salpicado de visitas esporádicas.

El responsable de la exitosa alianza entre Nissan y Renault es investigado por mentir al fisco japonés sobre sus ingresos y además es señalado de haber usado dinero de la empresa para comprar casas y enriquecer a su hermana.

Según una fuente cercana a las investigaciones citada por el Wall Street Journal, las investigaciones de Nissan apuntan a que Ghosn desvió alrededor de 18 millones de dólares a una subsidiaria en los Países Bajos -llamada Zi-A Capital BV- para comprar y renovar diversos inmuebles, entre ellos un condominio en Rio de Janeiro y una casa en Beirut.

Además, señala el diario, hay evidencias de que pagó a su hermana mayor por concepto de consultorías, aunque no hay registros de que realmente haya llevado acabo ese trabajo.

Nissan decidió este jueves quitarle la presidencia a Ghosn. Entérate aquí de los detalles.

Dónde está ahora

En el imponente edificio de doce plantas del centro penitenciario del barrio de Katsushika, en Tokio, el poderoso empresario de 64 años acusado de malversación, es vecino de criminales e incluso de condenados a muerte.

Aunque no están en contacto, allí se alojan más de 3,000 detenidos.

Es imposible conocer las condiciones exactas de la situación de Ghosn, los abogados y antiguos detenidos describen el lugar como austero.

Sus ocupantes siguen una rutina muy estricta: se levantan antes de las 7 de la mañana, las luces se apagan a las 9 de la noche, reciben tres comidas por día y tienen derecho a 30 minutos de ejercicio.

“Puedes llevar tu propia ropa, pero las corbatas, los cordones y los cinturones son confiscados para evitar toda tentativa de suicidio”, explica Yoshiro Ito, un abogado experto que ha visitado el lugar en numerosas ocasiones.

Los detenidos pueden recibir libros y cartas, que son examinados obligatoriamente por las autoridades.

Los presos famosos son mantenidos apartados y las celdas adyacentes permanecen desocupadas.

“Hay tanto celdas individuales como de grupo, pero en los casos especiales como el de Ghosn, él estará solo sin duda”, según el abogado.

‘Sensación de opresión’

Takafumi Horie, conocido hombre de negocios japonés encarcelado en 2011 en el mismo centro por falsificación de documentos financieros, describió en un libro sus penurias.

Lo más duro es “no poder hablar con nadie”, señala, recordando una “soledad extrema”.

En su celda había una cama, un baño, una ventana con barrotes y una puerta sin cerradura.

“No poder abrir la puerta desde el interior me daba una sensación de opresión”, testimonia el fundador del proveedor de servicios de internet Livedoor.

Carlos Ghosn, franco-libanés-brasileño, ha podido recibir la visita del embajador francés y del cónsul de Brasil, Joao de Mendonça.

Este último contó a la AFP que “la entrevista fue muy breve, a través de un cristal” pero que lo había encontrado “en buena forma”.

La vida es probablemente “muy dura” para él, pero también para los policías de la prisión, afirma Toshio Sakamoto, que trabajó allí como guardia durante casi 30 años.

“Es extremadamente conocido, rico y extranjero. Debe de ser difícil tenerle como detenido por las barreras del idioma y las diferencias entre el sistema judicial japonés y lo que él conoce”, añade.

“Es un desastre para el centro, que debe vigilar para evitar cualquier incidente, porque eso podría tener una amplia repercusión internacional. No me gustaría estar en lugar” de los vigilantes, afirma Sakamoto.

En cuanto al edificio, construido en 1971, se refiere a él como “monstruoso”, no tanto por su tamaño colosal sino porque “no sabes jamás lo que va a ocurrir allí”.

Con información de AFP

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