Irlanda no se adherirá a los planes de reforma fiscal mundial, afirmó el jueves el ministro de Finanzas irlandés Paschal Donohoe, consolidando la resistencia del país a la medida que ha recibido el visto bueno de unos 132 países.

El 1 de julio, 130 naciones en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) llegaron al acuerdo de establecer una reforma fiscal para las multinacionales que incluye un impuesto mínimo sobre sus ganancias de al menos 15%, pero Irlanda estuvo entre las nueve naciones o jurisdicciones que se negaron.

Desde entonces, el pacto fue respaldado por los ministros de Finanzas del G20, que agrupan a las 19 mayores economías más la Unión Europea.

Donohoe afirmó que Irlanda, que aplica un 12.5% al impuesto de sociedades y es considerada por algunos como un “paraíso fiscal”, no apoyará los planes tal y como están. 

También declaró que “lo que está sobre la mesa en este momento es un acuerdo del que Irlanda no puede formar parte”. 

Donohoe comentó que “estamos comprometidos a negociar para ver si podemos entrar en el acuerdo en algún momento, pero yo defiendo el 12.5%”.

El diario Irish Examiner había afirmado que el gobierno de Dublín planeaba renunciar a su tipo del 12.5% –que ha atraído a numerosas empresas tecnológicas y farmacéuticas estadounidenses instaladas en Irlanda– como parte de un nuevo acuerdo fiscal de la OCDE en octubre, por temor a verse excluido de la escena internacional.

“Irlanda seguirá defendiendo el derecho de los países pequeños a conservar alguna ventaja competitiva, pero no queremos ser un país atípico en lo que respecta a un acuerdo fiscal mundial”, declaró al periódico una fuente gubernamental.

El ministro afirmó que aceptar la propuesta del 15% crearía “problemas” para “las personas que han invertido en nuestra economía y tienen expectativas respecto a la previsibilidad de nuestra tasa en el futuro”.