La aprobación que Andrés Manuel López Obrador tiene entre los mexicanos sigue en niveles elevados a cinco meses de su llegada a la Presidencia, pero podría perder puntos ante la creciente inseguridad en el país.

El presidente se comprometió a que en los próximos seis meses bajará la inseguridad, pero de no cumplir, además de minar su popularidad, López Obrador deberá hacer frente a otros problemas como aumentos en el gasto para la seguridad y caídas en las inversiones.

Los niveles de inseguridad le van a causar un impacto en los índices de popularidad porque su estrategia, que contempla la Guardia Nacional, no va a tener resultados favorables en el corto plazo, para eso tiene que atender y mejorar el sistema de justicia

dijo Arturo Argente, especialista de seguridad y gobierno del Tec de Monterrey, campus Toluca.

Alfonso Durazo, secretario de seguridad y protección ciudadana, dijo en una comparecencia en el Senado que para ver cambios en los niveles de seguridad requiere de por lo menos un año por lo que no puede comprometerse a que en seis meses terminará con el problema.

López Obrador tiene una aceptación de 67.1%, 4.5 puntos porcentuales más que en noviembre del año pasado, cuando era presidente electo, de acuerdo con una encuesta de Consulta Mitofsky. En esa misma consulta, 58% de los mexicanos consideró que la inseguridad ha empeorado en el último año.

La percepción de la inseguridad también crece. En el primer trimestre del año, 74.6% de los mexicanos percibió un clima más inseguro en la ciudad en donde vive, de acuerdo con indicadores de percepción de seguridad pública de INEGI.

En tanto, los homicidios que se cometieron en el primer trimestre de 2019 sumaron 7,242 casos (8,493 víctimas), 10% más que el mismo periodo del año pasado y de continuar esta tendencia, este año será el más violento para el país, según un análisis de la organización Semáforo Delictivo.

La violencia nos causa pobreza, despilfarro de recursos, corrupción y distracción de autoridades. Es momento de generar oportunidades de negocio lícito a los pobres de México y fomentar la inversión productiva

publicó Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo en el análisis.

La factura económica

La violencia en México costó 5.16 billones de pesos en 2018, equivalente a 24% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Esta cifra también refleja que cada mexicano pagó 41,181 pesos por la inseguridad, de acuerdo con datos del Índice de la Paz 2019.

El indicador que más contribuyó al impacto económico de la violencia fue la tasa de homicidio, con 51% del total o 2.63 billones de pesos en 2018, un alza de 15% en comparación con 2017.

La evaluación también proyecta que reducir la violencia del país al nivel de sus cinco estados más pacíficos  (Yucatán, Campeche, Tlaxcala, Chiapas e Hidalgo) generaría un dividendo de paz de 2.5 billones de pesos al año, que implica un valor económico adicional equivalente a 11% del PIB de 2018, o más de 11 veces el gasto del gobierno de López Obrador en seguridad interna y justicia.

Por ahora, entre los gastos que el gobierno de López Obrador en materia de seguridad destaca la inversión de entre 15,000 millones y 20,0000 millones de pesos para la instalación de la Guardia Nacional. De forma adicional, deberá destinar recursos para reducir los niveles de corrupción y garantizar la seguridad de las inversiones y los inversionistas en territorio nacional.

La inseguridad que se vive en México desde hace 15 años inhibe la inversión en entidades en donde el narcotráfico tiene total control, son zonas en donde los recursos no pueden llegar porque hay secuestros, extorsión y tráfico de personas. El presidente no es culpable de lo que se ha venido abonando, pero tiene que consolidar y eficientar el estado de Derecho

comentó Argente.