El Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) instó a los bancos centrales a comenzar la planeación para la remoción paulatina de las medidas de apoyo por la pandemia de COVID-19.

Advirtió que los mercados financieros podrían haberse vuelto demasiado complacientes sobre la escala de la crisis.

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La institución, con sede en Basilea, dijo en su reporte anual publicado el martes que la paralización repentina sin precedentes causada por la pandemia se transformaba de un problema de liquidez a convertirse una amenaza a los fundamentos de solvencia de las empresas.

La pandemia es el evento definitorio de una generación

comentó Agustín Carstens, gerente general del BIS.

La viabilidad de largo plazo de muchas empresas será puesta a prueba en la próxima fase de la crisis, indica el reporte. La fortaleza de la recuperación va a depender de la evolución de la pandemia y cuánto daño deje a su paso.

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El FMI recortó su pronóstico para la economía global casi 5% que, de concretarse, sería el peor escenario desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Los bancos centrales están plenamente conscientes de los próximos desafíos dado que el panorama para la economía sigue siendo muy incierto. Algunos de esos desafíos se extienden más allá de su mandato

dijo Carstens.

Sin embargo, el éxito logrado en calmar a los mercados y en mejorar la confianza ha avivado una exuberancia en los mercados. Las bolsas van camino a su mejor trimestre en 16 años y Wall Street tendría su mejor desempeño desde 1998.

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“Los precios de las acciones y los diferenciales corporativos en particular parecen haberse desacoplado de una economía real más débil” y “se mantienen las frugalidades financieras”, agregó el reporte.

La ola de recortes a las calificaciones crediticias está presente. Solo S&P Global Ratings ha recortado 2,000 calificaciones de riesgo desde que inició la pandemia del COVID-19.

Carstens dijo que antes de que la situación vuelva a la normalidad y los bancos centrales procedan con la cancelación de las medidas de apoyo, los reguladores deben allanar el camino.

Si bien la economía global parece estar recuperándose, queda mucho por hacer. El virus está lejos de ser derrotado, y muchos países, especialmente aquellos con defensas más débiles, todavía están en la fase inicial de la lucha. Las siguientes tareas serán abordar la solvencia, prepararse para la recuperación y ajustar la economía al mundo pospandémico

dijo Carstens.

Según estimados de Bank of America, los bancos centrales han reducido la tasa de interés, aproximadamente, 150 veces y han inyectado 18 billones de dólares a la economía, a través de ayuda monetaria y fiscal.

La estrategia de salida es una discusión compleja, sin embargo, es necesario considerarla (…) el mercado debería saber que los incentivos adicionales no existirán siempre

dijo Carstens a Reuters.

Carstens dijo que los bancos centrales son conscientes de los desafíos futuros. La política monetaria por sí sola no puede generar un mayor crecimiento económico sostenible en el contexto de los precios y la estabilidad financiera, se necesitan, urgentemente, políticas fiscales y reformas estructurales favorables al crecimiento.

“La política fiscal podría apoyar mejor el crecimiento y dar estabilidad financiera. Al mismo tiempo, será esencial mantener las finanzas públicas en una senda sostenible a largo plazo. Las reformas estructurales son vitales”, comentó Carstens.

Los gobiernos deberían priorizar la inversión en crecimiento sostenible, por ejemplo, fomentando las transiciones de energía para abordar los riesgos del cambio climático.