Durante el año pasado, el comercio exterior de México mostró indicios de debilidad, ya que las exportaciones trazaron una tendencia de desaceleración, mientras las importaciones se contrajeron.

De acuerdo con datos desestacionalizados y oportunos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las exportaciones ascendieron a 594,315 millones de dólares en todo el 2023.

Este monto representó un aumento anual de 2.96% de las ventas al exterior, equivalente a 17,098 millones de dólares, aunque significó el menor nivel en los últimos tres años: 16.79% en el 2022 y 18.71% en el 2021.

La desaceleración de las exportaciones se explica por la disminución de 14.6% del rubro petrolero y por el alza de 4.2% en el no petrolero; al interior de este último, destaca el ascenso anual de 14.8% de las ventas automotrices, consiguiendo tres años al hilo con tasas de doble dígito.

Debido al estancamiento de las exportaciones del resto de manufacturas, el componente automotriz explicó el 35.7% de todas las exportaciones de manufacturas, proporción que históricamente solo ha sido superada en 2018 y 2019

detallaron analistas de Banco Base.

Otra explicación de la pérdida de ritmo de las exportaciones mexicanas es el comportamiento fabril de Estados Unidos, el principal socio comercial del país, que en el 2023, según información de la Reserva Federal, presentó una baja anual de 0.6%, la primera variación negativa en los últimos tres años.

Bienes intermedios, a la baja

Las importaciones mexicanas sumaron 600,006 millones de dólares en el 2023, dando una caída anual de 0.77%, siendo el primer desplome desde el 2020 (15.98%), el año más álgido de la pandemia.

Por tipo de importaciones, se observaron crecimientos en las de bienes de capital, con 20.09% anual, y en las de bienes de consumo, con 9.84%; sin embargo, el aparato de bienes intermedios, que representan 75.7% de las importaciones totales, cayeron 4.66%, la primera baja desde el 2020.

Para los estrategas de Banco Base, el debilitamiento de las importaciones está asociado al ajuste a la baja de los precios de energéticos respecto al 2022, pero la caída de las importaciones de bienes intermedios también reflejó debilidad de la actividad manufacturera hacia los últimos meses del año.

Este desempeño se debe a que durante el 2023 las importaciones de bienes de consumo estuvieron impulsadas por la apreciación del peso frente al dólar. Por otro lado, las importaciones de bienes de capital crecieron impulsadas por la inversión, ante la oportunidad del nearshoring

explicaron los analistas.

A pesar de que esta oportunidad no está siendo aprovechada por completo, añade, las importaciones de bienes de capital aumentaron durante tres años consecutivos a tasas cercanas al 20%.

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