Durante el último mes del 2023, el mercado laboral mexicano manifestó mejoras en protección de salud para las nuevos ocupados, sin embargo, aún se visualizan brechas de género en la materia.

Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en diciembre pasado ingresaron a laborar 1.20 millones de personas respecto a igual periodo del 2022, es decir, en todo el 2023.

De esta cifra, 52.5% corresponde a mujeres y 47.5%, a hombres, porcentajes que demuestran el papel del género femenino en el sector trabajo del país, aunque todavía con pendientes.

Considerando los 1.20 millones de nuevos ocupados del año pasado, se observa que la totalidad entró a trabajar con acceso a instituciones de salud públicas y privadas.

Tendencia positiva inició en el 2022

De hecho, en comparativo anual, 27,584 ocupados pasaron de un esquema laboral sin acceso a dichos beneficios a uno con acceso, según la ENOE que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Durante el 2022, se crearon 1.01 millones de trabajos, de los cuales, la totalidad contó con acceso al sector salud, mientras en el 2021, derivado de las pérdidas laborales por la pandemia en el 2020, se generaron 4.30 millones de empleos, aunque de éstos, 72.1% no tuvo acceso a instituciones de salud.

Tres años previos a la pandemia de COVID-19, el promedio fue que de cada 100 nuevos ocupados anuales, al menos 65 entraban a trabajar sin acceso al Seguro Social.

El pendiente

Uno de los pendientes es que por género, no todas las nuevas ocupadas registradas en el 2023 ingresaron a trabajar con acceso a instituciones públicas y privadas de salud.

El año pasado se incorporaron a laborar 628,430 mujeres, cifra de la cual 6.9% no tuvo los beneficios del sector salud, mientras en los hombres todos los nuevos ocupados accedieron a éstos.

Otro punto importante es que de la población total de mujeres ocupadas al cierre del año pasado, en 24.27 millones de personas, solamente 2.3% percibe ingresos superiores a 5 salarios mínimos.

Mercado sólido

En general, el mercado laboral lució sólido en el 2023, pues para un cierre de año, tanto la tasa de desocupación (2.79% de la PEA) como la de informalidad (53.79% de los ocupados) registraron mínimos históricos.

Estas cifras se apoyan, según analistas de Banorte, por una demanda interna boyante y con algunos posibles cambios estructurales en juego, principalmente relacionados al efecto nearshoring.

El dinamismo visto a lo largo del 2023 continuará en este año, especialmente en la primera mitad. Tanto la industria –con la construcción impulsando las ganancias– como los servicios –considerando fundamentales fuertes para el consumo– concentrarían las ganancias

señalaron estrategas del grupo financiero.

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