El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) concluyó su administración con una actividad industrial ‘deprimida’, cuyos focos rojos corresponden a los sectores de la minería y de la construcción.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la producción industrial de México disminuyó 0.01% a tasa anual durante septiembre pasado.
Este resultado representó la primera disminución anual desde febrero de 2021, es decir, tuvieron que pasar 43 meses -más de tres años y medio- para que la actividad industrial del país se contrajera.
La actividad industrial mantiene una lectura mixta: las industrias de manufacturas presentan ligera fortaleza en el periodo, mientras el sector de la construcción extiende las señales de debilidad a su interior, principalmente en los trabajos especializados y de ingeniería civil
mencionaron analistas de Monex en un reporte.
La industria mantiene ciertos retos en su entorno, de acuerdo con los estrategas. Por ello, no descartan que la debilidad de la construcción se extienda hasta el cierre de año; mientras que en la manufactura se podría observar un avance mixto, principalmente por la fabricación de equipos de transporte.
Minería y construcción, a la baja con AMLO
La actividad industrial se compone de cuatro sectores: minería, construcción generación de energía eléctrica y manufacturas. Los dos primeros se desplomaron a tasa anual durante septiembre pasado.
En la minería, la baja fue de 4.3% en el lapso de referencia, hilando 16 meses con variaciones negativas; en su interior, con el retroceso de 6.1% de la extracción de petróleo y gas, extendió su racha a 16 meses con descensos.
Mientras en la construcción, la caída de 2.3%, la segunda consecutiva, derivó de la conclusión de las obras insignia y de cara al cambio de gobierno federal, pues las obras de ingeniería civil disminuyeron 30%, la quinta contracción seguida y el peor resultado desde 1995.
Las alzas
Del lado positivo, el sector de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final creció 1.2%, consiguiendo su octava alza al hilo.
En tanto, el conjunto de industrias manufactureras, pese a la debilidad en las exportaciones y en la industria estadounidense por huracanes y la huelga de Boeing, ascendió a 1.5% anual, el mayor nivel en 14 meses.
Dentro de este sector, resaltan las alzas en fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (19.7%), industria del plástico y del hule (2.7%), Fabricación de equipo de transporte (2.3%) e industria alimentaria (0.4%).
Entorno menos dinámico
Para los especialistas de Ve por Más (BX+), un entorno menos dinámico en la inversión limitará a la construcción, uno de los pilares de la economía mexicana, por tres principales razones:
- Las tasas de interés permanecen elevadas, pese a que comenzaron a bajar
- La inversión pública se mantendría acotada tras la conclusión de las obras insignia del gobierno federal, el cambio de administración (usualmente el ejercicio del gasto tiende a retrasarse al inicio de cada gobierno) y la necesidad de recortes al gasto público (esta semana se revelará el presupuesto 2025)
- La inversión privada puede verse obstaculizada por un creciente entorno de incertidumbre, tanto por factores internos como externos (como la elección de D. Trump)
La manufactura difícilmente repuntará en el corto plazo. La demanda interna por bienes aparentemente seguirá desacelerándose, tanto por el lado del consumo privado – si bien este podría ser algo resiliente – como por el de la inversión (maquinaria y equipo, productos metálicos, etc.)
explicaron expertos de BX+.
Al mismo tiempo, añadieron que las exportaciones difícilmente repuntarán, pues los indicadores oportunos del sector industrial estadounidense – específicamente el ISM manufacturero – se mantienen en terreno contractivo.
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