El 28 de abril 16 consorcios presentaron sus propuestas técnicas y económicas para la construcción del tercer tramo del Tren Maya que, con 172 kilómetros, va desde Calkiní en Campeche a Izamal en Yucatán.

Del total de los consorcios, ocho han participado sin cambios en los tramos anteriores; es el caso del conformado por las constructoras de Carlos Slim CICSA y FCC, China Railway y PRODEMEX, entre otras.

Por su parte, Acciona México, que se especializa en proyectos de infraestructura carretera, energética y proyectos inmobiliarios; concursa por primera vez. Su participación va en conjunto con México Proyectos y Desarrollo S.A de C.V con una propuesta económica de
17,236.1 millones de pesos.

En contraste, Mota-Engil, que resultó la ganadora del primer tramo asignado, se bajó de la contienda.

En una revisión realizada por El CEO trascendió que la presencia de consorcios conformados por desarrolladores locales incrementó en el concurso por el tercer tramo del Tren Maya.

Las empresas enviaron 1,550 dudas durante la junta de aclaraciones realizada el 15 de abril. La decisión se realizará como en los otros dos procedimientos, en los que la propuesta técnica tiene un valor de 50 puntos y la económica de 50 puntos, el consorcio con mayor puntaje es el seleccionado.

De acuerdo con el calendario, el fallo de este tercer tramo se realizará el 15 de mayo, para iniciar la construcción 10 días después.

La recepción de propuestas, así como la emisión del primer fallo, se ha realizado en las instalaciones de Fonatur y sólo con el personal esencial para cumplir con las medidas sugeridas por la Secretaría de Salud (SSa).

“En Fonatur lo más importante es la salud, por eso en las oficinas centrales, sede del evento, se citó únicamente al personal esencial, aplicando todos los protocolos sanitarios y la sana distancia recomendada por la Secretaría de Salud”, indicó la dependencia en un comunicado.

El proyecto avanza sin detenerse; el día de mañana se dará a conocer el fallo de la licitación del segundo tramo para formalizar la firma del contrato con el que iniciarán las obras de la primera fase.