La  posible llegada de plantas productoras de semiconductores a México, a través de inversiones extranjeras, no ayudará en el corto plazo a la industria automotriz nacional que enfrenta la escasez por estos productos y que complica cada vez más la recuperación del sector.

De concretarse, el beneficio llegaría en el mediano y largo plazo para ‘blindar’ al sector de futuras interrupciones en el suministro de chips.

El resultado de estas inversiones no es una solución de corto plazo. De llevarse a cabo la construcción y la puesta en marcha de estas nuevas instalaciones tardaría un par de años (…) No es una solución inmediata

dijo Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) en conferencia de prensa.

La titular de la Secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, comentó que están en pláticas con algunas empresas para posibles inversiones en el país , con el fin de subsanar las cadenas de suministro que se han visto afectadas a raíz de la pandemia del COVID-19.

Venta de Nissan en México dependen estrechamente de los semiconductores

El representante de la AMIA dijo estar al tanto de estas pláticas con un par de firmas dedicadas a la manufactura de los chips, sin embargo, el desabasto continuará hasta el siguiente año.

Se espera que el abasto de semiconductores llegue hasta el segundo semestre de 2022; por ende, durante todo este tiempo el problema persistirá

coincidió Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Consumidores deben esperar más tiempo por un auto

La falta de microprocesadores ya pasa factura a la industria y a consumidores, pues existe una deficiencia entre el abasto de vehículos y la demanda de estos, que obliga a los usuarios a esperar entre dos a tres meses para adquirir un auto.

También, el inventario promedio que se tiene en México de vehículos para cubrir la demanda es de solo tres semanas, comparado con los tres meses que se tenía en los últimos años, según cálculos de la AMDA.

La recuperación en la venta de unidades sufrió un estancamiento en julio y agosto, luego de la recuperación vista a inicios del año. En el octavo mes de 2021, se comercializaron 78,235 autos que significó su segundo mes consecutivo con una caída, pues comparado con el mes inmediato anterior retrocedió 4.8%, según cifras del Inegi.

En su comparación anual las ventas crecieron 1.45%, debido a la baja base de comparación que se tuvo en 2020, como consecuencia de la contingencia sanitaria. Pero, con respecto a agosto de 2019, se ubica 27.6% por debajo.

En cuanto a la producción de vehículos ligeros, esta fue de 237,040 unidades, un avance de 6.9% frente al julio de este año, pero una caída interanual de 21.4%.

El problema de la falta de chips inició el año pasado por el repunte en la demanda global de electrónicos como computadoras y videojuegos —ante las medidas de distanciamiento social, aislamiento y teletrabajo—que provocó que el componente escaseara. La industria automotriz emplea cerca del 10% del total de la demanda de microprocesadores de forma global.