Empresas del sector de consumo como Liverpool y Alsea advirtieron que una nueva alza en el salario mínimo general en México para el 2024 podrá ser una presión adicional a los costos laborales que ya enfrentan actualmente.

Desde la llegada al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el aumento del salario mínimo ha sido de más de doble dígito y pasó de 88.36 pesos en 2018 a 207.44 pesos en 2023.

Para el próximo año, empresarios prevén que se siga con la tendencia y si bien en septiembre pasado la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) propuso que fuera de 12.5%, la realidad apunta a que este incremento será mayor.

Ante ese escenario, el director de Finanzas de El Puerto de Liverpool, Enrique Guijosa, explicó que esta alza será una de las presiones para la empresa en 2024.

“Vemos mucha presión en los costos de trabajo. Probablemente tengamos una vez más un alza a doble dígito en el salario mínimo, que se anunciará en las próximas semanas. Creemos que es más probable que sea de cerca del 20%”, indicó. En ese caso, el salario mínimo alcanzaría los 248.92 pesos diarios.

De manera importante, el alza del salario mínimo también nos fuerza a revisar los salarios para todos los niveles de la organización. En ellos también hay un efecto, no sólo para los que ganan el salario mínimo

 dijo en la conferencia para presentar los resultados del tercer trimestre de 2023.

Agregó que otras presiones en cuestiones laborales para las empresas son el 1% extra que tienen que dar en las aportaciones a los planes de pensiones, así como el incremento de las vacaciones aprobado el año pasado.

Alsea se adapta al salario mínimo, pero no ajustará sus precios

En el mismo sentido, Alsea resaltó que prevén un alza de doble dígito, de hasta 22%, en el salario mínimo para 2024. Sin embargo, para ellos no representará un desafío ajustar los pagos a sus trabajadores.

“En enero esperamos un aumento de al menos 20% en el salario mínimo. Proyectamos que sea 22%. Lo cual supone 30 millones de pesos para México por cada punto. Pero lo tenemos claro, porque hemos manejado esto durante los últimos 4 años”, sostuvo Armando Torrado, CEO de Alsea.

Durante la conferencia con motivo de su reporte del tercer trimestre del año, estimó que alrededor del 30% del staff de la empresa percibe el salario mínimo, entre los meseros de Vips, los de restaurantes de comida casual y los repartidores de Domino’s Pizza.

“Sabemos manejar esta situación. No me asusta. Nosotros no podemos perder margen, así que necesitamos trabajar en los detalles para alcanzar a ajustarnos. (…) Ver cómo compensar pero sin tocar los precios“, explicó.

Para Bendreff Desilus, investigador de la Universidad La Salle, los ajustes por el salario mínimo se pueden compensar con una revisión minuciosa de los costos operativos de las empresas, así como con evaluaciones en cada departamento. Aunque explicó que estos ajustes no suelen alcanzar a los trabajadores de confianza.

“Hay que ver el sector en que está, las ventas que tiene, la rentabilidad que tiene, la competitividad, en relación a eso, un incremento”, comentó en entrevista para El CEO.

¿Y cómo enfrentarán un recorte a la jornada laboral?

A la presión que representa el incremento al salario mínimo se suma, en menor medida, la posibilidad de que se apruebe una reforma para reducir la jornada laboral máxima de 48 a 40 horas, con lo que muchos de los trabajadores del sector terciario tendrían derecho a 2 días de descanso obligatorios y no uno como está establecido actualmente.

En ese sentido, Alsea resaltó que en otras regiones donde operan, como en Sudamérica y Europa, esas son las condiciones laborales normales, por lo que no es una forma de operación que desconozca la compañía. Sin embargo, sí representaría un costo muy elevado.

“Pero sí, eso representa 700 millones de pesos, que es un gran monto. Si esta reforma pasa, estaremos atento a ello”, comentó Torrado.

En tanto que el CFO de Liverpool consideró esta reforma sí representa un riesgo mayor para los resultados de la empresa, pero no lo consideran en tanto se mantenga a discusión.

Desde la segunda semana de octubre, el Congreso de la Unión en México abrió un parlamento abierto para discutir la reforma constitucional que busca reducir la jornada laboral máxima de 48 a 40 horas, lo que se traduciría en restar un día de trabajo.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 47.4% de los trabajadores en México laboran entre 35 y 48 horas, mientras que 26.2% supera las 48 horas trabajadas a la semana.

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