El 9 de agosto pasado, los cuatro ‘Strategic Managers’ de Billions Trade Club convocaron una reunión virtual para detallar la supuesta devolución del dinero que invirtieron sus clientes, así como presentar su más reciente “producto estrella”: un ‘crowdlending’ (financiamiento colectivo) en ‘Real State’ (sector inmobiliario) de California, Estados Unidos, con el cual prometieron mantener la operación de su empresa.
–¡Nunca nos vamos a ir!– aseguraron en un comunicado de prensa emitido unos días antes, cuando miles de ahorradores comenzaron a sospechar que habían sido objeto de una estafa piramidal.
El colapso del “Exclusivo Club Privado” de “inversiones”, como se autodefinen, comenzó a principios de julio de 2024, cuando la plataforma dejó de pagar los extraordinarios rendimientos de entre el 7 y 9% mensual –en promedio– por “cripto arbitraje” en monedas digitales, afectando a sus más de 17,000 miembros (aunque algunas fuentes afirman que el número asciende a 40,000).
Condusef alerta sobre Billions Trade Club
Previamente, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), alertó que Billions no es “entidad financiera autorizada para ofrecer inversiones o servicios financieros” y enfatizó que las “criptomonedas no son dinero y pueden perder su valor”.
El comunicado provocó pánico entre algunos usuarios de Billions que buscaron –sin éxito– retirar sus ahorros.
Tras estos hechos, Jorge Rodríguez, quien se describe a sí mismo como CEO de Billions, ofreció una “explicación” sobre los problemas de liquidez del otrora “gigante” que, supuestamente, “lidera el mundo del Networking Marketing a nivel global”.
Explicó que sus “aliados estratégicos”, las empresas offshore Quantum Leap Company LLC y Axin Capital LLC, constituidas en la isla caribeña San Vicente y las Granadinas, habían tenido “problemas” con un hombre identificado como Néstor Quiroz –de quien no puede comprobarse su participación en el esquema–, pero el 20 de agosto comenzaría la reintegración de ‘Profit Plans’ (las membresías para acceder al sistema de “inversiones”).
Los afectados no creyeron las excusas de Rodríguez, como constató EL CEO a través de diversas entrevistas. De hecho, varios de ellos refirieron que solo 1,200 afectados recibieron 300 dólares como reintegro al concluir el plazo.
Billions Trade Club tiene bajo custodia aproximadamente 300 millones de dólares por las inversiones en criptodivisas (cerca de 6,000 millones pesos); y para ello construyeron un sofisticado esquema ponzi, agresivas estrategias de marketing multinivel, así como el uso de empresas fachada dentro de paraísos fiscales en el Caribe y empresas legalmente constituidas en México.
Los padres de Billions Trade Club
Oficialmente, Billions Trade Club nació una como marca comercial el 17 de julio de 2022, cuando la empresa offshore Quantum Leap Company LLC, constituida en el paraíso fiscal San Vicente y Las Granadinas, obtuvo su registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para ofrecer “educación” económica y financiera.
Ese paso culminó un proceso que comenzó en febrero de 2022, fecha cuando los “líderes” del proyecto, Jorge Enrique Rodríguez Frausto, Iván Vélez Leal y Daniel Francisco Ortiz Macías, abandonaron la “empresa” Smart Business Corp tras señalamientos oficiales por captar recursos del público sin autorización gubernamental.
Smart Business Corp o SBC Smartfund Limited (marcas del Consorcio Bainet, S.A. de C.V.), según el gobierno mexicano es (o era) una financiera no regulada, creada hace más de una década por el “empresario” michoacano Ernesto Reséndiz.
Smart ofrecía “inversiones” en bitcoin con rendimientos del 7% mensual, además de cursos de superación personal, “coaching” sobre liderazgo y “trading” en distintas criptomonedas.
Es decir, Smart ofrecía los mismo servicios que opera Billions.
¿Quién es Ernesto Resendiz?
Reséndiz inició su ascenso en el año 2010, cuando recibió el patrocinio de “Iniciativa México”, un programa lanzado por el gobierno de Felipe Calderón junto con un grupo de medios de comunicación, empresarios y académicos, quienes decían promover la “transformación del país a través del apoyo y reconocimiento de proyectos ciudadanos de impacto social”.
Cuatro años después las autoridades ecuatorianas revelaron los verdaderos negocios de Reséndiz: el 4 de julio de 2014, la policía de ese país detuvo al “empresario mexicano” en la ciudad de Machala, capital del distrito de El Oro, reportó Ecuavisión, por su participación en una “nueva estafa masiva” a través de “publicidad por internet” utilizando una extensión de Smart creada en el país sudamericano: IBF Internacional.
En febrero de 2022, Reséndiz volvió al ojo público cuando la Condusef emitió una alerta para informar que Smart “no es una entidad supervisada y no tiene autorización para ofrecer inversiones conforme a las leyes financieras mexicanas”.
Un mes después, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) reiteró que Smart Business Corp. (Consorcio Bainet, S.A. de C.V.), “no cuentan con autorización para captar recursos del público”.
Por su parte, el despacho español Aránguez y Abogados –representado en México por Daza y Asociados– llamó a presentar una demanda colectiva en contra Smart por incurrir en operaciones fraudulentas.
Tras ese episodio, Rodríguez Frausto, Vélez Leal y Ortíz Macías abandonaron Smart, y lanzaron su propio “emprendimiento” con criptomonedas. Rodríguez sostuvo que rompió con Réndiz, a quien en diversas entrevistas refirió como su “socio”, luego de que éste se negó a pagarle por los servicios de estrategias de marketing que prestó para Smart y le encumbraron al “éxito”.
Los negocios de los “cuatro fantásticos”
Jorge Enrique Rodríguez Frausto, Iván Vélez Leal y Daniel Francisco Ortiz Macías, constituyeron en los primeros meses de 2022 una red de empresas para retomar el “negocio” multinivel que abandonaron en Smart.
Los “Cuatro Fantásticos” –como se autodenominan– invitaron a un nuevo miembro al “club”: Shakib Alfredo de Jesús Hamden Montoya, quien se describe como un “experto en tecnología de realidad aumentada, realidad virtual, metaversos e inteligencia artificial”.
EL CEO tuvo acceso, a través del Registro Público de Comercio (RCP), a un amplio archivo documental con el que pudieron empalmar los “negocios” de los “Cuatro Fantásticos” con el modelo de negocio de Billions Trade Club:
Oficialmente, la única empresa que tiene permiso para operar servicios financieros, y fuera de la jurisdicción mexicana, es Quantum Leap LLC, que también es dueña de la marca comercial de los servicios de “educación” Billions Trade Club.
Una y otra empresa son la misma, pero la primera está completamente fuera de la soberanía mexicana.
Por su parte, el despacho Wilfred Services Ltd., representante legal de Billions, con dirección en Suite 305, Griffith Corporate Centre, en la ciudad de Kingstown, San Vicente y las Granadinas, ofrece los servicios de “soluciones a medida para la protección de los activos” mediante la constitución de empresas offshore (para evadir la vigilancia, leyes antilavado y cargas tributarias de los países de origen).
Curiosamente la dirección que dice tener Wilfred Services Ltd. es la misma que posee el despacho legal Quantum Leap LLC.
Además dicho domicilio también alberga también otras empresas offshore señaladas directamente en la investigación internacional The Paradise Papers: Bang Rocket Holdings Limited, Home & Garden Management Ltd y Gototech Ltd.
Doble negocio: “marketing” y “cripto arbitraje”
Billions Trade Club dice no ofrecer servicios financieros, sino un programa de “educación” para alcanzar la “libertad financiera” y la “superación personal”.
Para acceder a este “selecto club” es necesario adquirir membresías cuyo precio oscila entre los 500 y 1,000 dólares que deben ser pagados únicamente en criptodivisas.
Testimonios obtenidos por EL CEO revelan que es mediante servicios de ‘coaching’ que los “cuatro fantásticos” captan –a través de diversos líderes regionales– personas que previamente han sido persuadidas con estrategias de “marketing multinivel”.
Es decir, a través de conferencias y cursos, ponen en práctica el esquema piramidal que emplean otras marcas como Avon, Herbalife, Electrolux, Tupperware, Xango, entre otras, a fin de sumar a nuevos miembros, recompensar lealtades, vender productos y atraer nuevos “clientes”.
El modus operandi de Billions Trade Club
Dos de los servicios que ofrece Billions en su página de internet están enfocados al ‘coaching’, donde se promete a los usuarios que, mediante su sistema de ocho pasos, se volverán “profesionales de la industria del network marketing”, que, a su vez, les “permita llegar a más personas para que logren sus sueños”.
Billions también advierte que para pertenecer a ese “selecto club”, la empresa “únicamente acepta y trabaja con criptoactivos”.
Legalmente, Billions Trade Club no está dedicada a la organización de eventos de gran magnitud, que implicaría la contratación de salones, equipo de sonido o transporte para los cursos masivos que ofrecen, ya que solo es una marca comercial y no una empresa dedicada a ese rubro.
En cambio, Top Legacy Company, S.A. de C.V., compañía en la que participan Jorge Enrique Rodríguez Frausto, Iván Vélez Leal y Daniel Francisco Ortiz Macías, puedan organizar dichos eventos sin mezclar –aparentemente– la asociación con Billions.
Otras empresas, como Swich Life, S.A.P.I. de C.V., también poseen la capacidad de cambiar el objeto de facturar actividades lejanas al “trading” con criptodivisas, aunque ninguno de los “Cuatro Fantástico” ha hablado de ella.
La responsabilidad de los intermediarios
La operación y regulación de criptoactivos en México aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo.
La gente aún no entiende que las criptomonedas no son bienes, y por tanto no pueden considerarse inversiones, sino activos cuyo valor fluctúa a través de la oferta y la demanda
señala Eloisa Cadenas, CEO de Monetae Exchange, Securities & Tokenisation Platform.
Por su parte, Enrique Castillo Morales, socio fundador y director general de la firma Ethic Compliance Monitoring, afirma que, al existir poca claridad sobre la regulación de este tipo de operaciones, resulta difícil que las autoridades puedan ejercer acción penal en contra de personas que utilicen este esquema en delitos como fraude, lavado de dinero y captación ilegal de recursos.
El 400 bis del Código Penal dice que la única instancia de gobierno que puede iniciar una investigación o una denuncia es Hacienda
afirma Castillo Morales.
Además señala que es difícil rastrear las wallets (carteras virtuales) en Bitso y Binance, donde Billions Trade Club deposita los recursos de los clientes, pues la información de sus titulares únicamente puede solicitarse por vía judicial.
Hacienda tendría que levantar una denuncia para que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) haga la respectiva investigación, y la propia UIF mande comunicados a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para que ésta, a su vez, la mande a las empresas solicitando información de las operaciones realizadas con determinados clientes
dice.
Bitso y Binance responden
EL CEO consultó a Bitso y Binance, explicando el modus operandi de Billions en sus plataformas, así como sus mecanismos de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrismo que ambos están obligados a cumplir.
Dichas empresas respondieron –de forma ambigua– que “colaborarán” con alguna investigación, siempre y cuando existan sospechas de delitos y denuncias presentadas.
Las dudosas operaciones de Billions Trade Club
EL CEO constató, a través de evidencia recopilada entre diversos afectados, que Billions Trade Club solicita a sus clientes abrir cuentas en Binance y Bitso, dos plataformas dedicadas a la venta y compra de criptodivisas, y que operan legalmente en el sistema financiero mexicano.
Pero también, cuando los miembros carecen de conocimiento sobre la compra y venta de criptomonedas, aceptan transferencias para su compra como también refieren documentos obtenidos por este medio de comunicación.
Según Billions, para generar los rendimiento de capital que presumen sus líderes, utilizan una técnica conocida como “cripto arbitraje”, la cual definen como “aprovechar la diferencia de precio de la misma moneda [digital] entre diferentes exchanges [plataformas digitales para la compra-venta de activos digitales]”.
Los “Cuatro Fantásticos” piden a sus clientes abrir una cuenta en Bitso, ya sea directamente o por intermediarios (líderes regionales), para convertir su dinero (fiat) a Theter USDT, una moneda estable (stablecoin) que tiene paridad con el dólar.
La inexperiencia de los “cuatro fantásticos”
Supuestamente, Billions invierte los recursos de los usuarios en la compra y venta de las cinco criptodivisas de mayor capitalización de mercado –entre éstas bitcoin y ethereum– a través 20 plataformas digitales (exchanges), un mercado considerado de alto riesgo por la volatilidad de los activos.
Dicen que lo hacen con inteligencia artificial, metaversos, criptomonedas, exchanges. Y usualmente son los adultos mayores quienes caen
dijo uno de los afectados, que prefirió el anonimato.
Entonces, el dinero desaparece sin dejar registro.
EL CEO constató que ninguno de los líderes de Billions cuenta con experiencia laboral en el sistema financiero legal; de hecho, la mayoría de ellos solo reconocen experiencia en el “Networking Marketing”.
Una revisión del Registro Nacional de Profesionistas (RNP) arrojó que solo Iván Vélez –quien inició en el marketing multinivel en Xango– posee cédula profesional por haber cursado la licenciatura en administración por la Universidad La Salle.
Además, la revisión del RPC arrojó que los principales líderes de Billions Trade Club han constituido otras sociedades en suelo mexicano con diversos giros, pero ninguno relacionado con servicios financieros.
Un sofisticado esquema ponzi
José Díaz Cuadra, Founding Partner de Legal & Compliance Advisors (LCA), señala en entrevista que el esquema empleado por Billions Trade Club busca “dar la vuelta” a diversas normativas, como lo son la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech), la Ley del Mercado de Valores o la Ley de Instituciones de Crédito.
El abogado especializado en temas financieros explica que el “sofisticado” esquema de Billions solo pudo haber sido diseñado por algún abogado que conociera perfectamente los defectos de la legislación financiera mexicana.
No obstante, la estrategia de Billions para burlar la ley también posee imperfecciones:
Por ejemplo, la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI) establece que la custodia de criptoactivos es una actividad reservada para empresas con “actividad vulnerable”, dadas de alta así ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Hay una responsabilidad por la custodia porque te estoy (legalmente así es) transfiriendo, no como propiedad, sino como procuración, el que hagas algo con mi propiedad (mis activos)
menciona Díaz Cuadra.
El abogado enfatizó que atender un caso de esta naturaleza requiere de mucha especialización, algo que, abunda, es bien sabido por los orquestadores de este tipo de fraudes.
Ante ello, recomendó a los afectados acudir en primera instancia a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
¿Reintegro o engaño?
Entre el 16 y 19 de agosto pasado, los “Cuatro Fantásticos” de Billions Trade Club, enviaron comunicados a los miembros de su comunidad, adelantando acciones “respecto al estatus de sus inversiones de Profit Plans”.
El plan ha sido calificado como “dilación”, ya que señalan diversos usuarios afectados, busca detener la ola de demandas que se preparan en contra de Billions:
En diversos estados de la República, usuarios de la plataforma han comenzado a organizarse para demandar a los “líderes” de Billions, a quienes acusan de “fraude”, “lavado de dinero”, “asociación delictuosa”, entre otros delitos.
Este medio tiene conocimiento de que algunos clientes que han denunciado el modus operandi de Billions, también han sido objeto de presiones por parte de los líderes regionales para no comentar sobre el tema, y en no pocos casos, han intervenido políticamente para dividir a los ahorradores defraudados.
Los “Cuatro Fantásticos”, mientras tanto, continúan promocionando su “nuevo producto estrella”: el “crowdlending” para el “Real State” en California, Estados Unidos; una apuesta que en la que esperan encontrar nuevas “clientes” tanto México, como en Canadá, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Chile, Venezuela, Argentina, España, Italia, Dubai y China.
Condusef, ¿es responsable?
EL CEO consultó a las autoridades financieras mexicanas sobre el alcance de sus facultades en este tipo de estafas piramidales, que en los últimos años han ganado notoriedad.
Jesús Chávez, director de análisis y estadísticas de servicios y productos financieros de la Condusef, dijo en entrevista que dicho órgano sólo está facultado para supervisar a las empresas que están en el Sistema de Prestadores de Servicios Financieros (Sipres), de acuerdo con la Ley de Protección y Defensa a Usuarios de Servicios Financieros.
No obstante, la Condusef emite alertas de empresas que captan los ahorros del público sin autorización, como lo hizo con Billions Trade Club el pasado 18 de junio, cuando difundió un mensaje a través de sus redes sociales.
Si no es una institución financiera legalmente autorizada por nadie, no podemos ver nada acerca de ella. Lo que sí podemos hacer es difundir información
menciona Chávez.
Omisión de la CNBV
El representante de la Condusef dijo que la investigación y una eventual acción legal en contra de cualquier empresa podría caer en la cancha de la CNBV, en tanto que se usaron intermediarios legalmente constituidos.
Este medio consultó a la CNBV sobre el tema, pero hasta el momento de la publicación de este reportaje no obtuvo respuesta.
Durante los últimos años, miles de personas han sido defraudadas por “empresas” como Billions Trade Club.
Y pese a que el modus operandi ha sido detectado por las autoridades financieras mexicanas, los líderes de este “negocios” que se venden a sí mismos como “gurús de las inversiones”, continúan operando en la impunidad y completa opacidad.
Addendum I: derecho de replica, BTC
En cumplimiento al Artículo 6o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reproducimos la carta que Jorge Enrique Rodríguez Frausto, quien se ostenta como “Representante Legal de Billions Trade Club”, envió a este medio de comunicación –el pasado 20 de noviembre– solicitando un “derecho de réplica”.
Aunque dicho documento señala “inexactitudes” y “agravios” contra Billions Trade Club por parte de esta casa editorial, el documento no ofrece información o pruebas que permitan confirmar los daños contra la “empresa”, ya que no desmiente ninguno de los puntos arriba expuesto.
En un ejercicio de transparencia, legalidad y apertura que caracterizan a EL CEO, ponemos a disposición dicha carta:
Segunda Solicitud de Derecho de Réplica El Ceo
Addendum II: aclaración
La investigación “Billions Trade Club: la ‘gran estafa’ mexicana con criptomonedas”, publicada el 22 de agosto pasado, se construyó con un amplio archivo documental, testimonial y legal en poder de EL CEO.
Cuya misión fue informar y alertar a nuestros lectores, de los daños patrimoniales después de “invertir” en el “novedoso” sistema de “cripto arbitraje” que ofrecía la “empresa”.
Negamos categóricamente que exista algún tipo de dolo o búsqueda por dañar la reputación de Billions, la cual ha sido dañada por su propio modelo de “negocio”. EL CEO reafirma su compromiso de informar con calidad, priorizando y la ética y profesionalismo, cuya constancia puede constatarse en esta pieza periodística.
Dejamos a consideración del lector las consideraciones finales sobre este trabajo y sus conclusiones.
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