Desde el 2019 a la fecha, el número de empresas del sector privado que operaban en el mercado de importación de combustibles bajó de 55 a 10, debido a las dificultades que enfrentan para renovar sus permisos, muestra una investigación de OPIS, una firma perteneciente a IHS Markit especializada en el análisis de combustible. 

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) busca mantener la posición de Petróleos Mexicanos (Pemex) como el principal importador de gasolina y diésel y que las empresas privadas le compren el producto para distribuirlo.

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Actualmente, la petrolera concentra 76.96% de la cuota de mercado y lo distribuye mediante sus unidades de importación y refinación.

La salida de los importadores de combustible ha fortalecido a los grandes jugadores, a la par de que ha definido el rol de los pequeños.

Tan solo la unidad de importación de Pemex, que es la más grande del mercado ingresa a México 455.08 miles de barriles diarios, mientras que mediante el negocio de refinación de la empresa estatal entran 403.50 miles de barriles diarios. En cambio,  Windstar y Trafigura, pasaron de ser proveedores líderes a importar cero barriles.

El número de jugadores ha caído pero su cuota de mercado continúa sobre todo en 50 o 40 jugadores. En el 2018 eran jugadores chicos en el norte del país o en el Bajío, que traían el producto por ferrocarril o por pipa

comentó a EL CEO, Daniel Rodríguez, director asociado para el mercado de combustibles en México de OPIS.

Importadores pequeños ven camino complicado

Actualmente, el mercado se compone por jugadores grandes que trasladan el producto por trenes unitarios y para los pequeños participantes es muy difícil competir con ellos.

“Entonces, los jugadores más chicos se han convertido en los distribuidores de las empresas internacionales grandes”, destacó Rodríguez.

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Mientras el número de jugadores cae, el volumen de combustible que importan Exxon, Valero, Koch y Marathon, ha seguido aumentando porque esa cantidad que importaban los jugadores pequeños la tomaron las grandes firmas. 

Los jugadores chicos se dieron cuenta de que su valor no era la importación, si no distribuir el combustible, la atención al cliente, la comercialización y es un orden natural

mencionó Daniel Rodríguez.

De esta forma, el mercado mexicano se asemeja al de Estados Unidos. Los distribuidores mantienen la relación con el empresario gasolinero y los grandes consumidores como muestra de la liberalización y madurez del mercado. 

Subirá la demanda, pero no a los niveles prepandemia

Felipe Pérez, director de investigación de downstream para las Américas de IHS Markit, proyectó que en el 2022,  la demanda de diésel se mantenga entre 3 y 5% aun por debajo de los niveles que se tenían antes de la pandemia de COVID-19.

Se espera también que la demanda de gasolina mejore entre 1 y 3%, niveles inferiores a los registrados antes del 2019, según los comentarios del analista en el estudio: La Transformación Downstream de México: Un reporte especial de OPIS sobre como la liberalización del mercado de combustibles en México se ha desarrollado bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador al 2021″.

La oferta del mercado mexicano seguirá dependiendo de las importaciones, sin ninguna contribución sustancial de Pemex en la operación, mantenimiento y actualización de sus seis refinerías.

“Incluso con los obstáculos impuestos por los reguladores a privados en la cadena de suministro de combustible, la demanda está lejos de ser satisfecha por Pemex”, sostuvo Pérez.

La estrategia de López Obrador para fortalecer el segmento de refinación de Pemex se ha enfocado en un programa de rehabilitación de 25,000 millones de pesos para las refinerías existentes y la construcción de Dos Bocas. 

Doble discurso al restringir autorizaciones

Los analistas de hidrocarburos coinciden en que el gobierno está utilizando la lucha contra la importación ilegal de combustibles como excusa para reprimir a los competidores de Pemex. 

Las acciones para bloquear a los comercializadores privados de combustibles está provocando que muchos consumidores y minoristas tengan miedo de perder su suministro y busquen regresar con Pemex para asegurar su combustible, dijo a OPIS una fuente cercana a la empresa estatal. 

“Algunos participantes del mercado temen perder su licencia de no comprar combustible a Pemex”, advirtió.