Las plataformas de entrega a domicilio impulsaron el número de personas ocupadas en el país, un nicho que prevé tener a 62,000 repartidores adicionales al cierre de 2021. Sin embargo, este tipo de empleos no garantizan la seguridad social de los trabajadores.

En 2020, se tenía un registro de 243,794 repartidores y si se suman los 62,000 habría un total de 305,794, un crecimiento anual del 25%, según el estudio ‘Plataformas de entrega a domicilio en la economía mexicana‘, realizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Asociación Mexicana de Internet Mx.

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Dado el auge de las aplicaciones de delivery y el aumento de la demanda de este tipo de servicios, se estima que en 2025 existan alrededor de 85,000 repartidores adicionales, un total de 390,794 repartidores.

En cuanto a los ingresos, el promedio mensual rondaba los 4,000 pesos. El estudio destacó que, desde la llegada de la primera plataforma de reparto en 2012, el ingreso promedio mensual de los repartidores creció 117%, comparado con el crecimiento de 25% del total de ocupados.

7 de cada 10 empleos se concentró en la informalidad

Si bien, el número de repartidores puede crecer en los siguientes años, es probable que lo hagan bajo las condiciones de la informalidad; es decir, sin realizar aportaciones a la seguridad social, con lo que no tendrán accesos a los servicios de salud, crédito de vivienda ni ahorro para el retiro (afore).

Prueba de ello, es el panorama que se mostró al cierre de septiembre de este año, pues la población ocupada en México ascendió a 55.12 millones de personas, frente a 50.90 millones un año atrás, dando la incorporación de 4.21 millones de ocupados.

De este total de nuevos ocupados, el 71.8% se integró bajo condiciones de informalidad, es decir, siete de cada 10 empleos creados fueron informales,  de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

‘Todos ganan’ con el delivery

Estas plataformas generaron además una reducción en los costos de transacción, lo que se ve reflejado en una mayor productividad y competitividad, que a su vez se traduce en un aumento del valor agregado o la riqueza generada en ese sector, aseguró Víctor Gerardo Carreón, profesor asociado del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del CIDE. 

La reducción de costos de transacción produce una expansión del mercado que genera una riqueza adicional, es decir, un valor agregado en la economía, la cual se distribuye entre todos los actores.

Por un lado están los restaurantes, que venden más unidades de los bienes que producen; los consumidores finales, que consumen más unidades de esos bienes y los repartidores, ya que al haber más pedidos por entregar habrá mayores ingresos.

Pero además están las propias plataformas, pues se realizan más intercambios y, por supuesto, el Estado, dado que aumentan sus ingresos por concepto de impuestos.