El Partido Acción Nacional se encuentra ante el reto de encontrar al dirigente que lo guiará en los próximos años. Su objetivo es recuperar la institucionalidad, convertise en una oposición fuerte frente al partido dominante, Morena, y obtener triunfos electorales.

Los 280,337 militantes del panismo acudirán a las urnas el próximo domingo 11 de noviembre para elegir a su presidente blanquiazul, en medio de una de las crisis internas más profundas que padece el partido político en sus 79 años de existencia.

Por un lado se encuentra la fórmula de Marko Cortés y Héctor Larios para convertirse dirigente nacional y secretario general, respectivamente. Por el otro, Manuel Gómez Morín y Mirelle Montes, a quien EL CEO entrevistó hace un par de semanas.

En un extremo está la continuidad de la corriente que ha dominado al partido en los últimos años, identificada con Ricardo Anaya, y por otro un grupo que trata de que el partido tome rumbo distinto y vuelva a los orígenes de su fundación, al menos así lo han externado en su discurso.

Gómez Morín declaró el 1 de noviembre que, según una encuesta, existe un empate técnico entre ambos candidatos, pero que un 27% de los militantes aún están indecisos.

Para el politólogo Alberto Espejel, Marko Cortés y Héctor Larios cuentan con el apoyo de la estructura del PAN, mientras que la fórmula de Manuel Gómez Morín y Mirelle Montes son respaldados por ex gobernadores y el actual de Chihuahua, Javier Corral.

Entre dimes y diretes se realizaron las campañas, donde hubo diversos señalamientos. El proceso se ha vuelto ríspido y polémico, como ha ocurrido ultimamente al interior del panismo.

Acción Nacional era el partido más institucional en México, pero a raíz de que toman la Presidencia de la República en dos sexenios continuos va perdiendo esa institucionalidad porque justamente Fox, en el 2005, intervino en la vida al interior del PAN logrando imponer a Manuel Espino y lo mismo hizo Calderón con Germán Martínez y César Nava. Eso fue una herencia que generó tensiones fuertes que arrastran hasta ahora

Alberto Espejel, analista político.

Fox y Calderón, enemigos en casa

Sin duda el momento álgido del Partido Acción Nacional fue en el 2000, cuando hizo historia al convertirse en la primera alternancia presidencial con la figura de Fox. Seis años después dieron continuidad a su dominio con Felipe Calderón.

Hoy ambos son personajes muy críticos, incluso al punto de que en la elección del pasado 1 de julio apoyaron a otros candidatos y no al panista Ricardo Anaya. El guanajuatense expresó su respaldo al priista José Antonio Meade, mientras que el michoacano a su esposa y candidata independiente, Margarita Zavala, quien al final desistió de la contienda.

Calderón anunció el miércoles en un medio de comunicación nacional que si Marko Cortés ganaba la dirigencia el domingo –de una corriente contraria a su grupo–, optará por crear un nuevo partido político el próximo año para ser un contrapeso al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Aunque expresó su apoyo a Gómez Morín, calificó como un “milagro” su posible triunfo.

Para Espejel, de cumplirse las palabras del ex presidente de México de fundar una nueva institución política representaría la tercera gran escisión que vivirá el panismo en su historia, lo que aumentaría la crisis institucional que vive.

Sería gravísimo, porque significaría la tercera gran escisión de Acción Nacional en su historia, pero la primera de esta magnitud después de que llegaron a la presidencia de México. Habría que recordar en los 70 la renuncia de los abstencionistas y en los 90 el foro democrático. En aquellas ocasiones no estaba en la presidencia

agrega Alberto Espejel.

Los números panistas

Con 79 años, Acción Nacional gobierna actualmente 12 entidades del país: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Nayarit, Puebla, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.

Aunque este número se modificará el próximo 30 de noviembre, día en que termine el gobierno de Miguel Ángel Yunes en Veracruz y ceda el poder a Morena.

El pasado 1 de julio, de nueve entidades que renovaron gobernador, el PAN logró retener Guanajuato y Puebla y ganó en Yucatán, aunque perdió en territorio veracruzano.

En el Congreso de la Unión, actualmente el blanquiazul cuenta con 78 diputados de un total de 500, mientras que en el Senado su bancada se compone de 24 legisladores, de 128. En ambas cámaras es la segunda fuerza política, por detrás de Morena.

Al partido le urge conocer el rumbo que tomará dependiendo el ganador (Cortés o Gómez Morín). Al interior hay un llamado urgente de ser la oposición que pueda hacer frente a la ola de Morena, además de que el próximo año Baja California, uno de los bastiones panistas, renovará gubernatura y será la primera gran prueba para quien sea elegido como dirigente nacional.

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