Pemex ha comenzado un procedimiento de unificación de un yacimiento operado por Hokchi Energy, el cual está asociado al campo Itta, operado por la empresa mexicana.

Se trata del segundo proceso solicitado por la compañía, lo que podría enviar una señal de alerta a las empresas que aún están dispuestas a invertir su dinero en el sector petrolero mexicano y ser socios de Pemex.

“Si hay dos pozos colineados y se tiene que hacer un proceso de unificación ahí está la regla. Es algo que no debería estar siquiera en las noticias”, consideró Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos para IHS Markit. “Si Pemex cree que es el mejor operador también se vale que defienda sus argumentos, lo que sí es preocupante es que se sienta protegida porque el árbitro es la Secretaría de Energía”.

Calcaneo explicó que incluso si no utiliza el favor de la Sener para tomar ventaja, la percepción de que podría hacerlo es peligrosa. Esta percepción se ha hecho más palpable en el sector petrolero después del proceso de unificación de Zama, en el que Pemex tuvo algunos problemas para cumplir con las condiciones dictadas por CNH.

Zama era considerada una situación única, por lo que Calcaneo advirtió el riesgo de “seguir la misma tendencia y dejar claro que esa es la estrategia” para hacerse de campos. En este caso, las negociaciones entre Pemex y Hokchi ya comenzaron, y podría no ser necesario involucrar a Sener.

Rosanety Barrios, analista del sector, recordó que los contratos petroleros son los únicos eslabones de la cadena que este gobierno no ha tocado. “De ahí en fuera, todos los contratos firmados, incluso antes de la reforma como los de electricidad, han sido violentados con cambios regulatorios”.

Las empresas que hoy tienen contratos producto de las rondas están atentas a los resultados de esta unificación, explicó Barrios. “Si el campo unificado se le da a Pemex, la señal de ‘ahora vienen por nosotros’ es clarísima”.

Calcaneo también advirtió que la idea de crecer la producción petrolera es muy optimista, y que la empresa debería enfocarse en suplir la decreciente producción de Ku-Maloob-Zaap.

“Mantener la producción en 1.6 millones de barriles diarios es complicado, y algo de eso está del lado de los privados, que están ayudando. No creo que ningún analista vea factible la idea de pasar de dos millones en algún punto del sexenio”, dijo.

Barrios señaló que la incertidumbre legal provocada por el gobierno ya es un tema conocido entre inversionistas internacionales, y que el tema de las unificaciones no será el único que sea tomado en cuenta antes de decidir invertir en México.

“Son empresas enormes que tienen recursos para defender sus inversiones, y sus estrategias están cambiando, pero eso no quiere decir que estén dispuestos a regalar dinero”, dijo.

Sin embargo, Calcaneo recordó que áreas como midstream e infraestructura son resistentes a cambios políticos por los prolongados periodos de sus inversiones. “México es muy atractivo porque está cerca de Estados Unidos y la inversión es limitada comparada con otras opciones”, dijo.