La pandemia de COVID-19 y los problemas en las cadenas de suministros son los grandes desafíos identificados por las empresas en 2022, de acuerdo con la Encuesta Económica Global publicada hoy por Eurochambres.

En la lista también se encuentran: la inestabilidad política, el precio de las materias primas, el endurecimiento de las condiciones de financiación o las crisis fiscales; y el aumento de la inflación, según este informe, elaborado con la colaboración de la Plataforma Global de Cámaras de Comercio.

“Los recientes retrocesos en la lucha contra la pandemia sumados a las perturbaciones en los suministros han afectado a las perspectivas económicas de la comunidad empresarial internacional”, apunta el documento.

Problemáticas

La duración de la pandemia del COVID-19 y las nuevas variantes que van surgiendo, han minado las expectativas de crecimiento para muchas empresas, si bien estas siguen siendo “ligeramente positivas”, según el informe.

Las más pesimistas son las del sureste asiático, chinas y rusas, mientras que en Europa, América Latina, Turquía y la región del Golfo son algo más optimistas.

Para abordar el problema del suministro, las empresas abogan por intensificar la cooperación multilateral para anticiparse a las crisis y planificar mejor, así como por dar incentivos financieros para facilitar el comercio de materias primas y bienes intermedios.

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No consideran prioritario, sin embargo, reducir los aranceles a las exportaciones de materias primas de terceros países.

Por otra parte, temen también la vulnerabilidad en los mercados financieros si se da una “retirada repentina de las políticas monetarias expansivas”, así como un encarecimiento del empréstito o dificultades para acceder a inversión extranjera directa.

Por el lado fiscal, se muestran preocupadas por la aplicación del acuerdo tributario internacional sellado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que establece un tipo mínimo global del 15% para el impuesto de sociedades y que las compañías deben tributar en todos los países dónde hagan negocio por una parte de sus beneficios, aunque no tengan sede en ellos.

Apuntan, en concreto, que no hay herramientas para asegurar que se cumplirán las normas ni un mecanismo de resolución de disputas.

Las desigualdades salariales, otro gran problema 

Otro de los grandes problemas que viven las empresas es las desigualdades salariales debido a la política de remuneración de las empresas, de acuerdo con la OCDE

“Los salarios no están exclusivamente determinados por las competencias” de los trabajadores sino que muchas firmas dan una prima de remuneración con respecto a otra para empleados con una cualificación y experiencia equivalente, según los autores del estudio.

La OCDE indicó en un informe que las compañías, en la práctica, tienen un amplio margen de maniobra para fijar los salarios al margen de lo que hacen sus competidores.

Uno de los elementos “clave” que explica ese fenómeno es la productividad de las empresas, señaló en la presentación en línea del documento la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.

En países con grandes diferencias de productividad entre las empresas, las desigualdades salariales son más grandes, indicó Boone.

Estados Unidos es, con mucha diferencia, el país de los 20 de la muestra con una mayor dispersión salarial, seguido por Estonia, Hungría, Canadá, Costa Rica, Japón y España. En el otro extremo están Finlandia, Alemania, Italia, Dinamarca y Suecia.