Fitch Ratings redujo la calificación de Nissan a BB+ desde BBB-, con perspectiva negativa, citando ganancias débiles y previsiones inciertas de recuperación para el fabricante japonés de automóviles. Con ello, los bonos de la automotriz caen a la categoría especulativa o “basura”.
La rebaja refleja la rentabilidad persistentemente baja de Nissan, con una trayectoria de recuperación retrasada en contra de nuestras expectativas. Esperamos que la rentabilidad siga presionada durante los próximos uno o dos años
escribieron analistas de Fitch liderados por Satoru Aoyama.
La decisión de la calificadora llega después de que la semana pasada Moody’s también bajara la calificación de Nissan en un nivel a Ba1, con lo que quedó fuera del grado de inversión. A su vez, en enero pasado S&P Global revisó la perspectiva crediticia de la compañía japonesa y confirmó su calificación en BB+.
Los múltiples desafíos de Nissan
A principios de este mes, ejecutivos de Nissan recortaron las previsiones de ingresos y ganancias operativas, advirtiendo de una posible pérdida neta de 535 millones de dólares para el año fiscal que concluye en marzo.
Estos débiles resultados y previsiones dan cuenta del momento sombrío que el fabricante está enfrentando, en medio de complicaciones comerciales por los posibles aranceles de Donald Trump y la incertidumbre sobre si abandonará un proyecto de fusión con Honda.
Nissan tiene una mayor exposición al riesgo de los aranceles entre Estados Unidos y México que Honda y Toyota
indicó Vincent Sun, analista de Morningstar.
Desde hace tiempo Honda tiene los ojos puestos en Nissan, pese a la caída de sus ventas, debido a que su competidor más pequeño cuenta con una tecnología híbrida enchufable, que fabrica en alianza con Mitsubishi Motors, lo que reafirma su presencia en el sudeste asiático.
Con información de Bloomberg
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