Un tribunal de Estambul, Turquía, comenzó este viernes a juzgar a siete ciudadanos acusados de haber ayudado al expresidente de la alianza Renault-Nissan, Carlos Ghosn, en su huida de Japón a finales de 2019, informaron medios turcos.

Según la agencia de prensa estatal Anadolu, cuatro pilotos y un alto responsable de una compañía de alquiler de jets privados se enfrentan a hasta ocho años de prisión por “tráfico de migrantes en banda organizada”.

Dos miembros de la tripulación podrían ser condenados, por su parte, a un año de prisión por la “no denunciación de un delito”.

En diciembre de 2019, Ghosn huyó de Japón, donde estaba acusado de malversación financiera.

Desde entonces está refugiado en Líbano, que no tiene tratado de extradición con Japón.

Tras despegar de Osaka, el jet privado con Ghosn a bordo aterrizó primero en Estambul, donde el empresario cambió de avión para dirigirse a Beirut. Es esta etapa la que interesa a las autoridades turcas.

De acuerdo con el fiscal turco, dos presuntos cómplices de Ghosn, Michael Taylon, exmiembro de las fuerzas especiales estadounidenses, y George-Antoine Zayek, ciudadano libanés, “reclutaron” a un ejecutivo de la compañía turca MNG Jet, Okan Kösemen, para garantizar el tránsito sin obstrucciones por Estambul.

MNG Jet se constituyó en parte civil, afirmando que sus jets fueron usados de manera “ilegal” y que la presencia a bordo de Carlos Ghosn no fue declarada.

Kösemen, que comparece en detención preventiva, recibió varias transferencias por una suma superior a 290,000 dólares los meses anteriores a la huida de Ghosn, indica el acta de acusación turca.

Malversación financiera

En sus primeras palabras tras el escape, Carlos Ghosn dijo que huyó “de la injusticia y la persecución política“.

El exdirectivo escapó en tren bala para refugiarse en Beirut, Líbano, desde donde pretende llevar el proceso legal por los cargos de malversación financiera.

Ghosn acusa que fue considerado culpable desde el primer momento a raíz de la presunta complicidad entre ejecutivos de Nissan con la oficina del fiscal de Tokio y un bufete de abogados.

Los fondos con los que cuentan los directivos son una línea de contabilidad en el presupuesto. Yo nunca he firmado un documento en el que se apruebe finanzas personales,

afirmó.

Después de asegurar que la persecución política parte de la Fiscalía de Japón que lo obligó a huir, explicó durante 69 minutos que en los últimos meses fue interrogado -hasta ocho horas al día- sin ningún abogado presente por el supuesto desfalco de millones de dólares.

Carlos acusó en enero a las autoridades judiciales de Japón de múltiples amenazas en contra de su familia e intentos de coerción para que se declarara culpable.

“‘Será peor si no confiesas’, me dijo el fiscal una y otra vez y esto ha sido grabado en videos”, aseguró el también ciudadano de Brasil y Francia.

Anteriormente, la defensa de Ghosn acusó a la compañía de fabricar acusaciones para impedir la integración completa entre Nissan y Renault.

El ejecutivo de 65 años detalló que no propuso una fusión completa Renault-Nissan, sino la creación de un holding para supervisar las marcas y mantener la independencia de cada una mediante consejos de administración independientes.

“No había confianza y algunos de nuestros amigos japoneses pensaron que la única forma de deshacerse de Renault en Nissan era deshacerse de mí”, dijo.

Además, aseguró que negociaba la inclusión en la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi a Fiat Chrysler, que al final se fue con PSA Group.

Con información de AFP