Apáticos, flojos, despreocupados, son algunos de los calificativos que se usan para señalar a los millennials, aquellos nacidos entre 1981 y 1996. Sin embargo, esta generación, además de estar interesada en rendimientos, busca que sus inversiones tengan un impacto positivo en el mundo.

Los ETF con estrategia de inversión medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) han captado la atención y recursos de algunos de estos inversionistas.

El 60% de los millennials piensa que hacer inversiones socialmente responsables es importante. La cifra contrasta con el 36% de los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964, de acuerdo con una encuesta del fondo TD Ameritrade, en Estados Unidos de septiembre de 2018.

Los mercados tienden a no voltear a ver a los millennials, pero están a punto de heredar el mundo y todo el dinero; el cómo invierten se vuelve muy importante

Mauricio Giordano, director general de Natixis IM en México.

En este escenario, los activos bajo administración de los ETF ESG aumentaron 63% de finales del 2017 a mediados de diciembre del 2018, de acuerdo con información de ETF.com. Sus activos pasaron de 4,800 millones de dólares a 7,900 millones de dólares.

Uno de los instrumentos más buscados por los inversionistas es el ETF iShares MSCI KLD 400 Social, el primero en romper la barrera de los 1,000 millones de dólares de activos bajo administración.

Hoy en día, este ETF tiene 1,288 millones de dólares, de acuerdo con información de BlackRock.

(Estos ETFs) Son instrumentos específicamente diseñados para inversionistas sofisticados, con mayor conciencia al momento de invertir y que buscan que los recursos invertidos se canalicen de manera correcta, mejorando las practicas de las empresas, su impacto en la sociedad como en el medio ambiente

Adrián Bermúdez, inversionista.

El interés no solo está en las nuevas generaciones. Una encuesta realizada por Natixis entre inversionistas institucionales (como Afores o grandes fondos de inversión) indica que el 61% de los encuestados ya incorpora factores ESG en su estrategia y 55% de los participantes dice que espera incrementar asignaciones a estrategias ESG en 2019, con consideraciones a generación de rendimiento y diversificación.

BP y Volkswagen, una misma historia

Las inversiones en ESG han servido como un filtro al momento de invertir y con ello evitar minusvalías en los portafolios de los inversionistas.

En la última década, al menos dos escándalos han marcado a dos empresas: BP y Volkswagen.

El 20 abril del 2010, una plataforma petrolera de BP explotó y se hundió, lo que provocó la muerte de 11 personas y el derrame de alrededor de cuatro millones de barriles de petróleo en las aguas del Golfo de México.

Además del impacto ambiental, de mediados de abril a finales de junio 2010, las acciones de BP se desplomaron 50.37% a 318.90 peniques por título en la Bolsa de Londres. La empresa perdió 100,000 millones de dólares de capitalización.

Volkswagen estuvo envuelta en la manipulación de emisiones contaminantes que producían sus vehículos diésel, conocido como ‘dieselgate´.

El mercado no tardó en reaccionar al ‘dieselgate´. Las acciones de Volkswagen en la Bolsa de Fráncfort colapsaron 28.01% a 116.02 euros por unidad de mediados de septiembre a noviembre del 2015; la automotriz perdió casi 30,000 millones de dólares en valor de mercado.

Más que una moda

Los ETF ESG no son una moda sino una tendencia hacia donde se dirigen las inversiones.

BlackRock estima que para el 2028, dichos instrumentos obtendrán 400,000 millones de dólares de activos bajo administración. De cumplirse el pronóstico, dichos ETF tendrán un crecimiento de 50 veces en menos de una década.

“El apetito de los inversionistas por esta clase de instrumentos responde a qué mundo esperan hacia adelante y cómo las inversiones que hacen se reflejan en un mejor futuro”, comentó Giordano.