El Reino Unido emitió este miércoles bonos de deuda a más de dos años con rendimiento negativo por primera vez en su historia, aprovechando el contexto económico de tasas muy bajas y el valor refugio de las obligaciones estatales durante la pandemia de COVID-19.

El Tesoro británico emitió obligaciones con vencimiento en 2023 por valor de 3,800 millones de libras (4,650 millones de dólares) a un tipo de -0.03%, según la agencia británica de gestión de la deuda.

Una tasa negativa significa que los compradores de deuda recibirán al vencimiento una suma inferior a la prestada al Estado británico.

No obstante, esta perspectiva no parece desalentar a los inversionistas, quienes buscan ante todo ubicaciones seguras para su capital y las obligaciones del Estado pueden actuar como valor refugio cuando las acciones de empresas se consideran más arriesgadas.

El interés es tan grande que para esta emisión de deuda la demanda alcanzó más de 8,000 millones de libras.

El Reino Unido ya había emitido deuda a un mes, a tasa negativa, por primera vez en 2016. Sin embargo, es la primera vez que lo hace para bonos con vencimiento a dos años o más.

En el mercado secundario, donde se negocia la deuda ya emitida, las obligaciones a dos o tres años ya se venden a tasa negativa.

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Los tipos de la deuda se ven reducidos por las políticas monetarias de los bancos centrales de todo el mundo, que inyectaron liquidez masiva ante el impacto económico de la pandemia.

El Banco de Inglaterra bajó su tipo principal a 0.1%, un mínimo histórico, y algunos de sus miembros aluden a la posibilidad de una tasa negativa para impulsar la economía.

Una nueva flexibilización monetaria podría ser necesaria para reavivar la inflación, que cayó a 0.8% en abril respecto al año anterior -lejos del objetivo de 2%- debido al desplome de los precios del petróleo.