Televisa está dispuesta a recurrir a instancias jurídicas contra la empresa estadounidense Live Nation por la posible cancelación de la compra de su participación mayoritaria en Ocesa, anunciada el 24 de julio de 2019.

Tras el envío de una notificación en la que Live Nation indicó que “no está obligada a cerrar la transacción”, ambas compañías suspendieron la compra-venta el 5 de mayo pasado para “permitir que ocurran las conversaciones correspondientes”; es decir, intentar renegociar el acuerdo. 

Sin embargo, en caso de no llegar a un nuevo convenio sobre la operación valuada en 5,556 millones de pesos (mdp), el consorcio de Emilio Azcárraga contempla recurrir a instancias legales, según fuentes cercanas a la empresa.

La paciencia de la televisora podría vencer la próxima semana, cuando concluye el proceso denominado como standstill agreement. No obstante, especialistas en litigio comercial señalan que el consorcio mexicano se encontraría en desventaja por “causas de fuerza mayor”.

Live Nation, considerada como la productora más grande de eventos en vivo a nivel mundial aún piensa concluir con Televisa y CIE la adquisición de Ocesa, según dijo su director Michael Rapino en el marco del reporte del primer trimestre del año de la compañía.

Pero el empresario no dejó claro si la productora será capaz de concretar la compra, debido al retraso de casi un año ocasionado por trámites burocráticos en México.

Además, Live Nation enfrenta una grave crisis financiera ocasionada por la pandemia de coronavirus que le costó perder 41% de su valor accionario entre el 19 de febrero y el 19 de mayo.

“No estamos seguros de la posición de México y no queremos asumir ninguna pérdida los próximos 6 u 8 meses”, declaró Rapino en llamada con accionistas el 7 de mayo.

Desventaja jurídica

Televisa ni Live Nation han publicado hasta el momento los detalles sobre el contrato de la compra-venta de las acciones en Ocesa. No obstante, la publicación del acuerdo es suficiente para considerar que la transacción está ‘perfeccionada’.

Intrínsecamente, esto indica imposibilidad de romper el tratado, de acuerdo con Héctor Arce, abogado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en asuntos comerciales.

“Live Nation firmó un acuerdo definitivo para adquirir una participación mayoritaria en Ocesa (…) Este movimiento fomenta el objetivo de Live Nation de construir su plataforma global de entretenimiento (…) La adquisición fue aprobada por las juntas directivas de Live Nation, CIE y Televisa”, escribió la empresa en un comunicado el 24 de julio del año pasado.

La resolución de controversias en convenios internacionales está sujeta a la ciudad donde fue firmado o a la existencia de una cláusula de arbitraje acordada por las partes involucradas, según Carlos Brehm, especialista en arbitraje comercial civil y mercantil.

En caso de que el convenio esté firmado bajo la legislación mexicana, la disputa sería sometida a lo estipulado por el Código de Comercio, que abre la puerta a una posible cancelación del contrato por causas “de fuerza mayor”, según los entrevistados.

“A la luz de las leyes mexicanas, el contrato es válido, pero una pandemia como la de coronavirus puede ser considerada una causa de fuerza mayor, lo que permitiría el incumplimiento sin responsabilidades”, detalló Brehm de la firma Santamarina y Steta.

En materia de arbitraje, la Cámara de Comercio Internacional (ICC, por sus siglas en inglés) también prevé la figura de los eventos de fuerza mayor, que pueden obligar a una o ambas partes de un contrato a retirarse debido a situaciones fuera de su control.

Esta figura está establecida en las cláusulas de fuerza mayor y equidad 2003 de la ICC.

Con ella, el organismo busca proporcionar a los comerciantes internacionales acuerdos preestablecidos en caso de que el contrato tenga que cambiar, según Fernanda David González, gerente de Comisiones y Grupos de Trabajo de la ICC.

“La Cámara de Comercio Internacional es de los organismos encargados de estos asuntos. Ellos pueden designar un arbitraje en caso de que esté acordado en el acuerdo de compra-venta”, dijo Brehm.

Pérdidas y más pérdidas

La pandemia de coronavirus, que obligó a suspender los eventos masivos en gran parte del mundo frenó la compra de Ocesa, con la que Live Nation aspiraba a romper la barrera de los 50 millones de boletos comercializados anualmente.

De acuerdo con el reporte Year End, World Ticket Sales de la agencia especializada Pollstar, la empresa dirigida por Alejandro Soberón vendió más de 4.6 millones de entradas en 2019.

Live Nation, por su parte, reportó la venta de más de 46.6 millones de boletos, mientras que el boletaje de AEG Presents, su competidor más cercano, fue de 14.8 millones.

No obstante, la propagación del virus COVID-19 en más de 180 países obligó a la compañía que dirige Rapino a retrasar para 2021 el 90% de los 8,000 eventos que tenía programados a lo largo de este año.

Hasta la fecha se desconoce el número de conciertos que suspendió Ocesa. CIE reportó que durante el primer trimestre de 2020 los ingresos de su negocio de entretenimiento cayeron 6% de 2,494 mdp a 2,339 mdp en comparación interanual.

“El decremento en los ingresos es consecuencia de una serie de eventos y festivales que fueron cancelados tras la suspensión de actividades definida por el gobierno federal y otras autoridades”, explicó la compañía es su reporte trimestral más reciente.

Se espera que la caída en este sector para CIE sea más pronunciada en lo que resta del año, debido a la prohibición total de conciertos, espectáculos y competencias deportivas en vivo.

Para Televisa el daño financiero se reporta como “moderado por ahora”.

La operación de venta de Ocesa representa alrededor de 3.3% de la deuda total del consorcio, así como el 12.4% de su caja o 4.5% de la deuda neta, dice Fernando Bolaños Sapién, analista bursátil de Monex.

“No obstante, en caso de que la operación no llegara a término, consideraríamos la noticia como negativa ya que la operación representa 8.3% del valor de mercado actual de la compañía”, dijo Bolaños Sapién en una nota sobre la posible cancelación de la transacción.