Dos exempleados de Twitter y una tercera persona que trabajaron juntos para obtener detalles de cuentas de Twitter de disidentes y dárselos al gobierno de Riad y la familia real saudí fueron inculpados en una corte federal de San Francisco por espionaje, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

“La denuncia criminal revelada hoy afirma que los agentes sauditas minaron los sistemas internos de Twitter para obtener información personal sobre críticos sauditas conocidos y miles de otros usuarios de Twitter”, dijo el fiscal de Estados Unidos David Anderson.

“La ley estadounidense protege a las compañías estadounidenses de una intrusión extranjera tan ilegal. No permitiremos que las compañías estadounidenses o la tecnología estadounidense se conviertan en herramientas de represión extranjera en violación de la ley”, dijo en un comunicado.

Se trata de dos ciudadanos sauditas y un estadounidense que, según un documento judicial, fueron guiados por un funcionario saudita no identificado que trabajaba para alguien que los fiscales designaron como “miembro de la familia real-1”, que según el periódico The Washington Post es el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán.

Los acusados son los empleados de Twitter Ali Alzabarah y Ahmad Abouammo, y Ahmed Almutairi, un funcionario de marketing vinculado a la familia real.

El primer sospechoso proporcionó datos sobre al menos 6,000 cuentas en 2015, especialmente de un opositor a la familia real saudita refugiado en Canadá, según la acusación.

El segundo habría espiado varias cuentas entre fines de 2014 y principios de 2015, a cambio de un reloj de lujo y de al menos 300,000 dólares.

Almutairi, un ciudadano saudita de 30 años, fue acusado de haber sido un intermediario entre los dos hombres y el gobierno de su país.

Solo hay un arrestado

Almutairi y Alzabarah probablemente estén en Arabia Saudita, dijo el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que emitió una orden de arresto contra ellos.

Abouammo, quien mintió a los agentes del FBI que lo interrogaron en octubre de 2018, fue arrestado el martes en Seattle.

La demanda se produce en momentos en que las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita continúan sufriendo tensiones por el brutal asesinato hace un año del periodista saudí Jamal Khashoggi, quien escribía, entre otros, para The Washington Post.

Crítico del príncipe heredero, Khashoggi fue asesinado y desmembrado dentro del consulado saudí en Estambul.

Según el Post, la inteligencia de Estados Unidos ha concluido que el príncipe mismo estaba estrechamente relacionado con el asesinato.

Pero este caso es también un nuevo episodio embarazoso para Twitter, cuyo presidente ejecutivo, Jack Dorsey, sufrió en septiembre un hackeo en su propia cuenta.

“Somos conscientes de los esfuerzos realizados por los malos actores para intentar atacar nuestro servicio”, respondió uno de sus portavoces.

“Limitamos el acceso a información confidencial a un número limitado de empleados”, dijo en un comunicado.

Con información de AFP