El flujo de remesas caerá 14% hacia 2021, en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de coronavirus en 2019, de acuerdo con una estimación del Banco Mundial.

En México, el organismo prevé que se mantenga el nivel de envíos de remesas, debido a la debilidad del peso frente al dólar durante la mayor parte del año y gracias a la cantidad de migrantes mexicanos empleados en el sector servicios de Estados Unidos.

Tres grandes receptores de remesas (México, Pakistán y Bangladesh) se destacan como excepciones al patrón. Estos países libraron una disminución en el flujo de remesas en el segundo trimestre y parece que registrarán aumentos en el tercero

detalló el Banco Mundial en su informe sobre migración y desarrollo

Remesas a México alcanzan su segundo mayor nivel de la historia en agosto

A nivel global, la cantidad de envíos a países de ingresos bajos y medianos bajará 7%, a 508,000 millones de dólares en 2020 y 7.5%, a 470,000 millones de dólares, en 2021.

El tibio crecimiento económico y los niveles de empleo en los países que acogen a migrantes, además de los débiles precios del petróleo y la depreciación de las monedas de los países emisores de remesas frente al dólar son factores detrás de la caída.

Es probable que la población de migrantes internacionales disminuya este año por primera vez en la historia reciente, ya que más personas regresan a sus países de origen después de que el levantamiento de los confinamientos nacionales dejó a muchos trabajadores migrantes varados en los países de acogida.

“El impacto del COVID-19 es generalizado cuando se ve a través de la lente de la migración, ya que afecta a los migrantes y sus familias que dependen de las remesas”, dijo Mamta Murthi, vicepresidenta de desarrollo humano del Banco Mundial, quien agregó que la entidad seguirá trabajando con socios y países para mantener el flujo de remesas.

Europa y Asia oriental sufrirán la caída más pronunciada de remesas en 2020 y 2021, de 16% y 11%, respectivamente, y Asia central también sufrirá una caída de 8%.

Los flujos de remesas son una fuente vital de financiamiento externo para los países de ingresos bajos y medianos.

El año pasado alcanzaron un nivel récord de 548,000 millones de dólares, mayor que los flujos de inversión extranjera directa de 534,000 millones y de la asistencia para el desarrollo en el extranjero de 166,000 millones.

El Banco Mundial advirtió que se espera que la brecha entre flujos de remesas y la inversión extranjera directa se amplíe aún más a medida que esta última disminuya de manera más pronunciada.

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Con información de Reuters