En el marco de la reforma de la fiscalidad internacional, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estima que la tasa mínima del impuesto sobre las ganancias de las multinacionales que se establecerá será seguramente inferior al 21%.

“No estoy seguro de que lleguemos al 21%, pero sí nos acercamos”, dijo Pascal Saint Amans, director del Centro de Política y Administración Fiscal de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), en una audiencia ante el Comité de Finanzas del Senado.

Al anunciar su voluntad de aumentar al 21% la tasa mínima del impuesto sobre los beneficios de las empresas estadounidenses, cualquiera que sea el país donde se realicen, Estados Unidos relanzó el debate sobre el nivel de la tasa mínima de impuesto que podría decidirse en el marco de las negociaciones internacionales.

Hasta la fecha, la tasa mencionada en los debates de la OCDE era del 12.5%, que corresponde a la tasa vigente en Irlanda.

Después de los anuncios de Estados Unidos, París y Berlín se declararon favorables a la propuesta estadounidense, al igual que el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton.

Además de una tasa mínima mundial, esta reforma negociada por la OCDE prevé modular el impuesto de sociedades en función de los beneficios obtenidos en cada país, independientemente de su domicilio fiscal.

Este segundo punto se refiere en particular a los gigantes digitales, que pagan impuestos que a menudo no guardan relación con los ingresos y los beneficios que generan localmente.

La OCDE desea obtener un acuerdo de principio global en el G20 Finanzas del 9 y 10 de julio y en una reunión final en octubre.

Esta discusión comenzó desde el 2020 y en enero se tenía el objetivo de que para finales de ese año 137 países habrían alcanzado un acuerdo, sin embargo no se ha formalizado.