La confianza empresarial del país cerró el 2022 en declive, con un pesimismo que permeó a los sectores más importantes de la economía mexicana.

De acuerdo con datos desestacionalizados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) general cayó 1.39 puntos en el último mes del año pasado, respecto a noviembre.

 

ICE

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Esta disminución fue la segunda al hilo y significó registrar ocho meses con descensos en todo el 2022.

Lo anterior colocó al ICE, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 45.02 puntos, el menor nivel en los últimos 22 meses.

La perspectiva hacia adelante se está descomponiendo rápidamente y en algunos casos los resultados son tan alarmantes como lo fueron durante los meses iniciales de la pandemia de COVID-19

advirtió Monex.

Motores apagados

Para el grupo financiero, el declive es generalizado y tanto la construcción, como las manufacturas, el comercio y los servicios tuvieron disminuciones frente al mes pasado.

Los sectores económicos que considera el ICE son manufactura, construcción, comercio y servicios; los cuatro presentaron caídas.

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El más importante por su peso en la economía mexicana es la industria manufacturera, que mostró un descenso mensual en diciembre, de 0.23 puntos la octava baja seguida.

El menor de los males

El deterioro manufacturero fue el menor de los sectores, ya que mostró aumentos en la situación económica presente del país (0.11 puntos), futura de la empresa (0.19) y futura del país (0.54).

Mientras la caída más pronunciada se dio en la condición económica presente de la empresa (1.15 puntos).

Monex expuso que pese al rezago sectorial, todavía se preserva cierto balance en el entorno de riesgos, pues la manufactura sigue siendo el corazón de la dinámica industrial y su deterioro ha sido bastante liviano.

“La valoración del futuro en este sector es aún optimista, patrón que podría estar alimentado por las oportunidades de la actual ola de nearshoring y los crecientes apoyos en favor de la transición energética en Norteamérica”, añadió el grupo financiero.

Debilidad en demanda interna

Los desplomes sectoriales más pronunciados del ICE en diciembre pasado fueron en servicios privados no financieros (2.34 puntos) y en comercio (0.84), dando señales de la debilidad en la demanda interna.

En el primer caso, la mayor desconfianza de los empresarios correspondió a la situación económica futura del país (baja de 3.11 puntos), mientras en comercio, fue en el momento adecuado para invertir (1.30).

Po último, el ICE de la construcción se desplomó 0.52 puntos, extendiendo su racha a diez meses con contracciones y dejando de lado los beneficios por las grandes obras federales como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Corredor Transístmico.

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