La confianza del consumidor en México tuvo un descalabro durante octubre pasado, tanto en las expectativas económicas presentes como en las futuras.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) cayó 1.43% a tasa mensual en el inicio del último trimestre del 2023.
Esta disminución se dio después de cinco meses con crecimientos al hilo; además, representó la tercera contracción en lo que va del 2023. De los cinco componentes del ICC, todos mostraron reducciones mensuales.
La última vez que cayeron todos los componentes de la confianza del consumidor fue en julio del 2022, es decir, en los últimos 15 meses.
Declive en expectativas
Las contracciones más pronunciadas se dieron en la condición económica del país dentro de 12 meses respecto a la actual situación (2.82%) y las posibilidades actuales del hogar, comparadas con las de hace un año, para realizar compras de bienes duraderos (2.66%).
Al interior, el declive estuvo asociado principalmente a los rubros vinculados a la situación del país, destacando la reducción del indicador de percepción de la situación futura desde 50.1 puntos hasta 48.7, por lo que el sentimiento podría haber sido impactado por la noción de riesgo proveniente de las noticias sobre el conflicto en Medio Oriente
señala Monex.
También indica que la caída en el rubro de posibilidades de compra de bienes duradero guarda la relación más directa con otros indicadores de ejercicio del gasto, por lo que el grupo financiero no descarta que el consumo pierda empuje durante los últimos meses del año.
Cierre de año complicado
Para Monex, la baja en el ICC apunta a una desaceleración considerable del crecimiento económico al cierre del año, subrayando que el indicador de octubre, por su recolección de respuestas, no abarca el impactó del huracán Otis, por lo que el pesimismo sería mayor en el reporte de noviembre.
Además, añade que los datos más recientes del indicador de consumo privado dan a entender que la mayoría de los componentes han perdido la vitalidad, sobre todo en lo que tiene que ver con los servicios.
De esta manera, el comportamiento del consumo podría abrir un frente de riesgo no menor para la economía de cara a 2024, aunque por el momento la inercia sigue siendo positiva y favoreciendo la consecución de buenos resultados gracias al gasto que el gobierno federal ejerce en la construcción de los proyectos prioritarios
concluye el grupo financiero.
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