El comercio exterior de México trazó claroscuros al inicio de 2024, ya que las exportaciones trazaron una tendencia de desaceleración, mientras las importaciones se contrajeron.

De acuerdo con datos desestacionalizados y oportunos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la balanza comercial de México registró un déficit de 302 millones de dólares durante enero de este año.

Este saldo negativo entre las exportaciones e importaciones del país se dio tras un cierre de 2023 con superávit. El déficit fue producto de la diferencia entre los 48,345 millones de dólares de exportaciones y 48,647 millones de importaciones.

El monto de las ventas al exterior representó una disminución mensual de 2.53%, equivalente a 1,256 millones de dólares y siendo el peor resultado en los últimos nueve meses.

Factores en la baja de las exportaciones

La baja de las exportaciones se explica por el aumento de 5.70% del rubro petrolero y por el descenso de 3.01% en el no petrolero; al interior de este último, destaca el retroceso mensual de 8.93% de las ventas automotrices.

Nuestra previsión supone que las exportaciones manufactureras seguirán débiles, arrastradas por una demanda externa más lenta, mientras que el consumo no energético y las importaciones de capital probablemente serán resistentes por una evolución favorable de la demanda interna, respaldada por una postura fiscal expansiva

detallan analistas de Itaú Unibanco.

Otra explicación de la pérdida de ritmo de las exportaciones mexicanas es el comportamiento fabril de Estados Unidos, el principal socio comercial del país, que en el inicio de 2024, según información de la Reserva Federal, presentó una baja mensual de 0.5%.

Efecto rebote

Por su parte, las importaciones mexicanas mostraron un crecimiento mensual de 1.47%, tras tres meses al hilo con retrocesos; por tipo, el mayor aumento se dio en bienes de capital, de 3.31% en enero pasado.

Estas importaciones ascendieron por la inversión, ante la oportunidad del nearshoring. En tanto, las compras al exterior de bienes de consumo incrementaron 3.29%, impulsadas por la apreciación del peso frente al dólar.

Por último, las importaciones de bienes intermedios apenas avanzaron 0.86%, después de tres meses consecutivos con bajas, resultado que aún manifiesta debilidad de la actividad manufacturera.

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