La integración de las fuentes de energía renovable al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha incrementado los problemas operativos del sector, lo que implica que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) intervenga para resolverlos sin que reciba pago alguno, advirtió Fabián Vázquez Ramírez, jefe de departamento del mercado de día en adelanto del Centro Nacional de Energía (Cenace).

Durante su participación en el segundo debate del Parlamento Abierto de la Reforma Eléctrica, Vázquez planteó que las empresas privadas que venden energía de fuentes que no contaminan han requerido el soporte de las plantas de CFE y no pagan por ello.

Las centrales eléctricas que no ahorran sus ofertas en el mercado eléctrico no tienen ninguna penalización y las centrales de CFE que están generando esa energía no tienen pago por dar continuidad al suministro de energía eléctrica

mencionó .

Según la CFE, sus plantas son las que han permitido la continuidad del servicio eléctrico cuando alguna fuente renovable presenta fallas.

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“Con el incremento de la generación renovable intermitente en el sistema eléctrico nacional se incrementan los problemas operativos y simultáneamente se requeriría el soporte de fuentes de energía convencionales que proporciona el parque de generación de la CFE”, comentó Vázquez.

Contratos legados: Doble desembolso

A su vez, criticó los contratos legados, que para la CFE son un doble desembolso, ya que paga por tener a los generadores disponibles y por la energía que no producen, la cual debe ser buscada y pagada en el mercado de corto plazo.

“Estos temas hacen que la CFE este en números rojos, ya que el participante del mercado genera electricidad para obtener el valor de la industria común, y no así la CFE, quién es la responsable de hacer llegar el servicio hasta el último usuario apoyando al Cenace para generar electricidad de calidad continuidad seguridad y confiabilidad”, expuso.

En el mismo debate, Gabriela Reyes Andrés, directora del fideicomiso para el ahorro de energía eléctrica, comentó que los contratos legados surgieron en 1992 con la Ley del servicio público, y que así se denominaron en Ley de la Industria Eléctrica.

“Estos contratos se firmaron desde 1992 y tuvieron el propósito de apoyar a la infraestructura de la CFE, ya que vendían exclusivamente a la CFE su energía Y ese era su propósito en su momento”, explicó.

En su turno, Fernando Bueno, abogado especializado en materia energética, defendió que los contratos legados benefician a México porque se realizaron para el servicio público con procesos de licitación y a lo largo de los años permitieron que se adquiriera un precio más competitivo de energía.

Vázquez Ramírez sostuvo que la propuesta de reforma eléctrica de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene muchos beneficios al proponer un modelo inédito donde el Estado genere el 54% de la energía eléctrica y las empresas privadas el 46% restante.

Con la propuesta, el Estado tendrá nuevamente el control del sector eléctrico y los mexicanos tendrán un servicio de continuidad y seguridad, reiteró.

Al respecto, Paul Sánchez, analista del sector energético, criticó que la reforma pondere a las hidroeléctricas en la generación, ya que su funcionamiento está basado en la cantidad de agua que acumulen con la lluvia y cumplen con otras necesidades.

“Si tenemos otros usos del agua no podemos despachar energía de hidroeléctrica sin considerar la que se requiere en agricultura, consumo urbano e industrias. En la medida en que sigan entrando plantas más caras y contaminantes vamos a desplazar las plantas que son más baratas y más limpias”, sostuvo.

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El despacho hidroeléctrico debe ser sostenible en el tiempo porque no es la solución para una matriz energética sustentable y no se puede utilizar la totalidad de las hidroeléctricas y al mismo tiempo sostener el sistema eléctrico.

Si estamos consumiendo más rápido de lo que estamos almacenando se nos va a caer, aseguró.

Fernando Bueno manifestó que la aprobación de la reforma en los términos que está planteada dejará en riesgo el abasto eléctrico.

“¿Qué pasaría al día siguiente de aprobarse la reforma? Los permisos y los contratos serían cancelados y se pondrá en riesgo el abasto porque la iniciativa dice que al día siguiente no existe la libertad de generar por parte de las empresas privadas”, comentó.

“¿Qué pasaría al día siguiente? estaríamos comprando energía máscara y altamente contaminante afectando la salud y el medio ambiente. El precio de la electricidad subiría y los reguladores se volverían parte del juego”, mencionó.

Incluso, planteó un símil de la reforma eléctrica con un partido de fútbol.

“En este partido las reglas serían las siguientes: Subiría el precio de los boletos. Un equipo de su lado tendría al árbitro, y se sacaría de la cancha a los jugadores contrarios. Y si los Imecas subieran mucho se tendría que suspender el partido”, concluyó.