¿Se repetirá la historia de 2009 para las cadenas de cine en México por el COVID-19?
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¿Se repetirá la historia de 2009 para las cadenas de cine en México por el COVID-19?

¿Se repetirá la historia de 2009 para las cadenas de cine en México por el COVID-19?

Nota del editor: Se actualizó la nota el lunes 23 de marzo al incorporar la información acerca del cierre de cines y otros establecimientos en la Ciudad de México.

Las principales cadenas de cine vivieron su propia película de terror en 2009, cuando el virus de la influenza A H1N1 se propagó por México y el mundo. Como medida de prevención, el gobierno encabezado en ese entonces por Felipe Calderón decidió cerrar las cerca de 4,700 salas que operaban en el país durante 10 días, del 26 de abril al 9 de mayo.

Lo anterior tuvo un impacto en el número de asistentes al cine, pues ese año se contabilizaron 179,800 boletos vendidos, lo que representó una caída del 1.4% frente al periodo inmediato anterior, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine).

Ese año y el 2018 son los únicos que reportan una baja en el número de entradas comercializadas en los últimos 13 años.

En términos de ingresos por taquilla nacional no se vio afectada, pues creció 9.1% en el mismo lapso, compensado por el aumento en los precios de los cines.

Sin embargo, de acuerdo con una nota del semanario Proceso, una vez que terminaron las restricciones por la influenza, Ramón Ramírez Guzmán, vocero de Canacine en esos momentos, calculó una pérdida por 300 millones de pesos. Explicó que durante ese periodo no se percibieron ingresos, sin embargo, sí se generaban egresos.

Lo que hacen las cadenas en 2020

Hasta el reporte del 20 de marzo, México contaba con 203 casos confirmados de coronavirus, pero la autoridad no ha tomado medidas para cerrar ningún local o comercio, incluidos los cines.

El 22 de marzo, la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinmabum, anunció el cierre de comercios en la capital de país, incluidos los cines.

Pero, algunas cadenas ya habían tomaron cartas en el asunto, como reducir a la mitad la capacidad de sus salas de exhibición para dar más espacio a los espectadores o incluso el cierre total de sus unidades.

En el caso de Cinemex, a inicios de la semana pasado presentó algunas sugerencias para los usuarios, entre las que se incluyen la compra de boletos en línea o a través de su app para evitar filas, escanear por tu propia cuenta los boletos para evitar el contacto con los trabajadores, lavar las manos, cubrir la boca en caso de estornudo o tos y tirar los pañuelos a la basura.

“Se habilitará únicamente el 50% de la capacidad de los auditorias para tener más espacio libre”, detalló en un comunicado.

En tanto, Cinemagic, la tercera cadena más importante en cuanto a número de unidades en México, anunció el cierre temporal de la mayoría de sus complejos, como medid ante el COVID-19.

Los únicos cines que funcionarán, pero al 50% de su capacidad, serán los ubicados en: Ajijic, Jalisco, Apodaca y Guadalupe en Nuevo León, Atlixco y Zacatlán, Puebla, Chihuahua en el estado del mismo nombre, Huehuetoca, Ixtapaluca y Zumpango en el Estado de México y Xochimilco en la Ciudad de México.

Hasta el momento de la publicación de esta nota, Cinépolis no contestó a la solicitud de información de EL CEO, pero en su app para la compra de tickets, mostraba disponibilidad para el total de asientos ofrecidos, sin ninguna restricción o reducción.

Las medidas aplicadas en 2009

Entre las medias adoptadas en ese año estuvieron:

  • Los empleados trabajaron a una distancia no menor a 2.25 metros entre ellos y de los clientes. Al caminar por las áreas comunes como pasillos o escaleras, todos debían guardar una distancia mínima de dos pasos con la siguiente persona.
  • Todos los empleados de los cines debían lavarse las manos al llegar al lugar y volver a hacerlo cada cuatro horas. Los usuarios eran invitados con insistencia a frotarse las manos con gel antibacterial antes de entrar a la sala.
  • Lavar con cloro y desinfectar la sala con velocidad entre una y función y otra, sin excepción.
  • Mantener una distancia de dos espacios vacíos entre una y otra butaca, así como intercalar una fila vacía y una ocupable, reduciendo el espacio disponible de la sala (y por lo tanto, los boletos vendidos) a más o menos el 16% de su cupo natural.
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