La resina compostable levanta la mano para convertirse en una opción más ecológica que los plásticos y otros materiales desechables, cuyo uso se disparó en el primer semestre de 2020 debido a la pandemia de coronavirus.

Se trata de una materia prima para fabricar desde bolsas y empaques de comida hasta mascarillas y batas médicas con la promesa de degradarse totalmente en entornos naturales y de compostaje industrial, de acuerdo con Gisela Galicia Zapata, directora de Química Mexibras.

El propósito de la resina compostable es que los productos no generen basura después de ser utilizados y que tras un periodo de aprovechamiento, estos “se vayan a la composta”, indica la directiva en entrevista con EL CEO.

La firma tiene como asociada a Novamont, uno de los productores de biopolímeros líderes en el mundo. Esta firma proyectó pasar de 100 toneladas métricas a 2,500 en México durante este año.

El crecimiento de uso de artículos desechables por la pandemia de coronavirus, que ha contagiado a más de 600,000 personas en México refuerza las proyecciones, de acuerdo con Galicia Zapata.

Otro factor de crecimiento fue la prohibición de fabricación, comercialización y distribución de bolsas de plástico a través de la Ley de Residuos Sólidos en Ciudad de México a partir del 1 de enero de este año.

“Se empezaron a ver estas prohibiciones a los plásticos, que tienen el propósito de reducir la basura. Ahorita tenemos este grave problema de la pandemia que todo está envuelto en plástico”, argumenta.

El objetivo de utilizar las resinas compostables no es la eliminación total de los plásticos convencionales, dice Galicia Zapata, pero sí una reducción importante. No obstante, las condiciones actuales en México no parecen las adecuadas para el aprovechamiento pleno de este material.

Mejoría solo parcial

México genera 120,128 toneladas de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) al día, según las estadísticas oficiales más recientes,

Esto quiere decir que cada habitante genera en promedio 0.944 kilogramos diariamente de estos desechos, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

El aumento en la generación de residuos sólidos se explica con el crecimiento de las ciudades, el desarrollo industrial, las modificaciones tecnológicas y el cambio en los patrones de consumo de la población, explica la dependencia en un informe sobre manejo de residuos.

El crecimiento de la generación es casi equivalente al del gasto del consumo final privado. Entre 2003 y 2015, el producto interno bruto (PIB) y la generación de residuos crecieron a una tasa anual de alrededor de 2.7%.

Del total de residuos urbanos 58.6% se generan en la franja del centro del país, que incluye Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Guerrero, Michoacán, Colima y Estado y Ciudad de México.

Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Nayarit y Aguascalientes, en el norte del país generan 29.2% de los residuos sólidos nacionales.

En tanto, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo generan 12%.

Una estimación publicada en junio indica que los residuos generados en México desde marzo crecieron hasta 16.5% debido a la atención hospitalaria de la pandemia de coronavirus y las medidas precautorias ocasionadas por la enfermedad.

Sin embargo, la Asociación Internacional de Residuos Sólidos prevé que la generación de basura por los efectos del COVID-19 puede crecer hasta un 50%.

“El periodo de cuarentena y las medidas de protección personal han incrementado el uso de materiales como guantes, cubrebocas, mascarillas, caretas, productos de limpieza y otros elementos de protección que posteriormente se convierten en residuos peligrosos”, explica el informe de Semarnat.

Aunque el incremento del uso de resinas compostables puede significar una reducción de plásticos convencionales, no garantiza una solución al problema generado por el consumo de mascarillas, guantes, caretas y otros artículos preventivos, dice Luis Manuel Guerra, químico especialista en manejo de residuos sólidos.

Esto debido a que dicho material se degrada solo bajo condición con más de 65% de humedad, y una temperatura de más de 25 grados centígrados. En México, además, no existen suficientes instalaciones de compostaje, explica el experto.

“Pero el principal inconveniente es que las resinas compostables no son reciclables. Una alternativa que sí es reciclable y que resuelve el problema de los plásticos descontrolados en el ambiente son las resinas oxobiodegradables”, agrega.