El venteo y la quema de gas natural en la industria petrolera, y la emisión de metano provocada por estos ha sido foco de atención durante diciembre, luego de que un estudio revelara que el año pasado fue un año récord para esta práctica que la administración de Joe Biden ha prometido atacar. Pemex, por su parte, ha dejado de reportar estos datos en 2020, lo que podría tener efectos en sus negocios internacionales a mediano y largo plazo.

“Hablando de upstream, que es el área donde más se ha medido, Pemex históricamente ha tenido problemas (con el venteo y la quema). Las gráficas de Sener muestran cómo, con un enorme esfuerzo y un gran presupuesto, hubo un periodo de reducción y luego volvió a subir”, señaló David Rosales, exdirector general de Gas Natural y Petroquímicos de la Secretaría de Energía.

Todo me hace pensar que este año 2020 la práctica ha sido peor que en 2019, porque ha habido negativa a publicar (los datos).

Los campos de producción de Pemex que estaban operando ya registraban un aumento de emisiones en 2019, y la empresa no ha mostrado tener disponibilidad de presupuesto para solucionar estos elementos que aún se consideran “complementarios”, señaló Rosales.

Para corregir esta tendencia, Pemex tendría que considerar la implementación de tecnología de captura de metano, lo que se antoja complicado al menos en el mediano plazo.

“En un mundo ideal, donde tienes acceso a la infraestructura, aprovechas el metano porque es dinero. Este gas se limpia y se separa de los líquidos y todo debería ir al mercado”, señaló Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos de IHS Markit.

“Muchas veces el foco es sólo en el crudo y no justifica económicamente poner un ducto de gas, tal vez por el volumen de la producción”.

La administración de Biden ha prometido que buscará disminuir las emisiones producto de esta práctica, y las mejoras tecnológicas permitirán al gobierno estadounidense utilizar imágenes satelitales para medir las emisiones de empresas que se nieguen a reportar, tanto nacionales como internacionales.

“Esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, pero incluso podría culminar en sanciones para los países que no tengan, al menos, un correcto monitoreo de sus emisiones de metano”, advirtió Rosales.

En México, las empresas petroleras sí tienen la obligación de reportar estas variables a los reguladores del mercado, sin embargo es claro que para Pemex y el gobierno la prioridad está en la producción y no en las emisiones.

“Si ni siquiera están volteando a ver el precio al que se produce el barril en la frontera, menos están volteando a ver los impactos ambientales de su producción y su venteo”, dijo Rosales.

Calcaneo recordó que el pico de emisiones en América Latina está calculado para 2050: veinte años más tarde que en Estados Unidos y Europa. “Hay un desfase, y a México le va a llegar antes que por ejemplo a Perú. Pero estamos hablando de una época post-Biden”.

El experto recordó también que las ventas de Pemex se hacen principalmente en México, por lo que difícilmente habrá un impacto directo al modelo actual de negocios, aunque advirtió que “sí hay influencia, porque no se vive en una isla”.

Por el momento, Pemex puede continuar con estas prácticas sin que afecte sus negocios internacionales, pero la voluntad política de la nueva administración estadounidense podría acelerar el proceso mediante el cual el venteo deje de ser un tema “complementario”, sobre todo dado el ímpetu ambiental que han demostrado estas semanas.