La campaña de descuentos El Buen Fin, que ha sido bautizada por el sector empresarial como “el fin de semana más barato del año”, es un termómetro de la economía.
Ahí se nota qué tan animadas están las familias mexicanas para realizar compras, especialmente de bienes durables como electrónicos o línea blanca.
Para las empresas, esta es una oportunidad para incrementar sus ventas, pero hay algunas que aprovechan el boom publicitario para vender sin realmente ofrecer precios más bajos, lo que pone en riesgo la percepción del consumidor sobre el evento y podría condicionar su participación en ediciones futuras.
El fomento al consumo excesivo ha sido una de las principales críticas en torno a la iniciativa, pero con el tiempo, los consumidores han hecho compras más razonadas.
De acuerdo con una encuesta realizada por Deloitte y documentada en el estudio “El Buen Fin 2017”, 69% de sus participantes dijo que comparó precios antes de comprar. Pero además, 57% tuvo precaución de investigar en Internet antes de hacer sus compras, contrastando con un año previo cuando solamente 35% lo hizo.
En esta octava edición de El Buen Fin, que terminó este lunes 19 de noviembre, ¿cuáles fueron las empresas que sí cumplieron y no cumplieron sus promesas?
Quién es quién en los descuentos
Un ejercicio de comparación de precios realizado por EL CEO reveló que hubo tiendas que inflaron precios de algunos artículos de línea blanca y cómputo.
En una tienda Chedraui Selecto ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, el precio de un refrigerador General Electric de 25 pies cúbicos era de 22,995 pesos el 21 de octubre pasado. Al momento de hacer el recorrido el 16 de noviembre, el mismo artículo tenía un precio de 24,995 pesos, es decir, 9% más alto .
Otra anomalía que se observó fue en el precio de una laptop Lenovo 320. El 21 de octubre, su precio era de 5,596 pesos, pero durante el Buen Fin estaba reetiquetado con un precio de 6,295 pesos con un supuesto descuento de 25%.
Considerando el último dato, el artículo tenía un precio final de 4,720 pesos, un precio apenas 15% por debajo del valor que tenía antes de ser reetiquetado.
Aunque sí hubo algunos artículos con descuentos reales. Por ejemplo, en la misma tienda se encontraron pantallas Samsung de 55 pulgadas 25% más baratas de lo que se vendían el 21 de octubre, con un precio de 21,596 pesos.
En una unidad Walmart de Azcapotzalco, los descuentos más importantes fueron en el área de pantallas y de laptops, con reducciones del 24 y del 21% respectivamente en las marcas Samsung y HP.
En este caso se detectó que muchos de los productos consultados en octubre ya no estaban disponibles para noviembre.
En un Soriana de Gustavo A. Madero se encontró el descuento más importante de la muestra, en un refrigerador Samsung French Door con el 52% de descuento, ya que su precio el 21 de octubre era de 20,749 pesos y en el Buen Fin se podía comprar en 9,990 pesos.
Mientras en un club de precios Costco de la misma zona se encontraron descuentos menores en pantallas y refrigeradores que iban del 8% al 16% en algunos de los casos.
En las tiendas departamentales como Liverpool, se vieron descuentos y promociones a meses sin intereses en pantallas y línea blanca.
Para la octava edición de este evento, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advirtió que las tiendas y empresas participantes serían sancionadas si se detectaran engaños, abusos o simulaciones en las ofertas que realicen durante los cuatro días que dura el Buen Fin.
El año pasado, las tiendas con mayores sanciones fueron: Sears, con 1.8 millones de pesos; Sanborns, con 141,000 pesos; Deportes Martí, con 141,000 pesos; Walmart, con 80,000 pesos, y otras como Sam’s, Soriana y Liverpool.
Para esta octava edición de El Buen Fin, el sector empresarial nacional prevé ventas por 100,000 millones de pesos desde los 94,000 millones del año previo.
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