La campaña publicitaria ‘Por el rescate a la soberanía, consumo gasolinas de Pemex’ ha sido criticada en medios de comunicación, pero no representa una práctica desleal ni un impedimento a la competencia del mercado, aunque sí se trata de un mensaje anacrónico que incluso podría caer en la publicidad engañosa.
La empresa petrolera mexicana destinó unos 25 millones de pesos a la transmisión de spots, los cuales no están siendo financiados por el gobierno federal.
Ana Lilia Moreno, investigadora del programa de competencia y regulación de México Evalúa, consideró que el mayor problema podría ser el del cumplimiento de la ley de publicidad.
“Pemex está utilizando el concepto de soberanía, además de símbolos patrios. Es posible que esté infringiendo temas de publicidad: hay que ver si está abusando, porque es una empresa productiva y no una dependencia del gobierno”, detalló.
Otra posible falta a la ley de publicidad recae en el llamado a “consumir nacional”, pese a que entre el 60 y 70% de la gasolina que comercializa Pemex es importada.
Sin embargo, una denuncia de esta índole tendría que ser revisada por la Procuraduría Federal del Consumidor, y la investigación tendría que ser promovida por un ciudadano con conocimiento de la trazabilidad y el proceso administrativo.
Moreno señaló también que si este dinero viniera, por ejemplo, de Secretaría de Energía, se estaría violando el principio de neutralidad competitiva, al favorecer a un regulado sobre otro. Precisamente este principio fue lo que llevó a Sener a retirar el spot de sus redes sociales y su sitio oficial, donde tuvo presencia durante algunas horas.
Pemex está en una posición especial porque es propiedad de la administración federal, por lo que Santiago Arroyo, abogado experto en el sector energético, ni siquiera vería mal que se le adjudicara parte de los tiempos oficiales de radio y televisión.
“Legalmente el poder ejecutivo federal, como dueño de Pemex, puede hacer un spot con recursos públicos para promocionar su marca, siempre y cuando los recursos se hayan direccionado de forma adecuada(…) No veo ninguna discrepancia entre el uso de recursos y el uso de tiempo oficial”.
Además, Arroyo comprendió que no se investigue la campaña por prácticas desleales, pues “para que se pueda determinar la existencia de una práctica monopólica tiene que haber un detrimento en las ventas de la competencia y lo que vemos es que la presencia de Pemex va en picada y los privados ahorita ya abarcan cerca del 47% en el mercado del retail de gasolina. Es natural que la petrolera quiera incidir en el mercado para recuperar el espacio perdido”.
El abogado explicó que, si los grupos gasolineros tuvieran elementos para acusar a Pemex de prácticas desleales ya se hubiera hecho, pero la mayoría ve la potencial contienda como una pérdida de tiempo.
“El tema de sobreranía es un tanto retrógrado y tal vez reprobable dentro de los avances que se han dado en el sector, pero finalmente es parte de la política pública del gobierno de México. Es anacrónico, pero no creo que sea ilegal(…) Los que nos dedicamos a este tema lo vemos como una mala elección de la estrategia de comunicación”, remató Arroyo.