El peso mexicano cerró 2022 de la mejor manera: tuvo su mayor apreciación anual frente al dólar desde el 2012, al ser una de las pocas monedas apreciadas frente a su par estadounidense en el periodo.

De acuerdo con datos de Banco de México (Banxico), el tipo de cambio pasó de 20.5075 pesos por dólar en 2021 a 19.5089 al cierre de 2022, una apreciación de 5.12%. No se veía una ganancia de esa magnitud desde 2012, cuando fue de 8.56%.

Con ello, la moneda azteca rompió una racha negativa de dos años consecutivos con depreciaciones, ante las afectaciones de la pandemia de COVID-19 en el mercado cambiario.

Además, el peso mexicano marcó sus mayores apreciaciones desde 2020 para un semestre y un trimestre, aunque en el balance mensual tuvo su primera depreciación desde julio.

Al menudeo, el billete verde se vende en 19.95 pesos en ventanillas de Citibanamex, seis centavos más caro que ayer.

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¿Qué impulsó al peso este año?

La moneda azteca fue impulsada principalmente por tres factores: la entrada récord de remesas al país, el sólido crecimiento de las exportaciones, así como un fuerte ingreso de Inversión Extranjera Directa (IED).

En cuanto a las remesas, los envíos, principalmente desde Estados Unidos, apuntan a culminar un año récord de alrededor de 60,000 millones de dólares, según estimaciones del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Las exportaciones también van hacia un cierre de año sin precedentes con un acumulado hasta octubre cercano a 480,000 millones de dólares. La IED, en tanto, alcanzó casi 32,150 millones de dólares entre enero y septiembre, superando el monto de todo el año anterior.

¿Qué pasará en 2023?

Diversos analistas consideran que el momentum del peso mexicano, que está entre las pocas monedas apreciadas frente al dólar en 2022, quizá pueda terminar el próximo año, dependiendo de las futuras medidas que adopte Banxico.

Los mercados anticipan que importantes flujos de dinero que arribaron durante meses atraídos por la postura restrictiva del banco central comenzarán a salir a pesar del diferencial de tasas de México con otros países como Estados Unidos.

Se espera que en los próximos meses Banxico, que tiene su tasa de referencia en un máximo histórico de 10.5%, llegue al final de su ciclo alcista, mientras que la Reserva Federal (Fed) seguiría endureciendo su política monetaria un tiempo más, lo cual traería efectos adversos para el peso.

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Depreciación a la vista

Por lo pronto, en el Chicago Mercantile Exchange (CME), considerado un termómetro del sentimiento del mercado, los inversionistas dedicados a hacer apuestas especulativas están empezando a inclinarse por una depreciación de la divisa mexicana.

Sus posiciones, que se habían mantenido por ocho semanas seguidas anticipando un mayor fortalecimiento del peso, cambiaron de terreno abruptamente la semana pasada para alcanzar 54,929 posturas en contra de la moneda, un nivel no visto desde finales del año pasado.

En concordancia, entre analistas económicos también existe un menor optimismo sobre el rumbo del peso, aunque aseguran que se mantendrá relativamente estable.

Una reciente encuesta de Banxico mostró el tipo de cambio cerrará el próximo año en 20.80 pesos por dólar, un nivel que, si bien implica una pérdida del 7% frente a sus actuales niveles, estaría muy lejos aún del récord por encima de 25 unidades en que llegó a oscilar durante la pandemia.

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Con información de Reuters